Florecimiento de capacidades para la investigación participativa basada en comunidad

Recursos hídricos y saneamiento ambiental; materiales y diseño de equipos; comunicación y creación; representaciones e innovación; estudios sociales y organizacionales; desarrollo de software; energía, agua y medio ambiente. Estas palabras clave fundamentan el proyecto para el desarrollo de una metodología en el diseño de sistemas acuapónicos bajo el enfoque de Investigación Participativa Basada en Comunidad (CBPR). Representa un modelo estratégico de transferencia tecnológica y apropiación social del conocimiento para su aplicación en climas tropicales, y para contribuir con la soberanía alimentaria de comunidades en desarrollo.El estudio se desarrolla en Chaparral, sur del Tolima, una de las regiones más afectadas por el conflicto armado en Colombia y, por ello, hace parte de la priorización de la Agencia de Renovación del Territorio para la implementación de planes de desarrollo con enfoque territorial (PEDET). La población objetivo corresponde a la Red de Mujeres Chaparralunas por la Paz, organización creada en el año 2004.Por esto, el pasado 3 de diciembre el grupo de profesionales de la Universidad de Ibagué, la Universidad Cooperativa, Paz y Región y los codirectores internacionales Budd Hall, de la Universidad de Victoria (Canadá) y Rajesh Tandon, de PRIA international, codirectores de la Cátedra UNESCO en Ciencias e Investigación Participativa Basada en Comunidad y responsabilidad social universitaria, visitaron las instalaciones de la casa de la Red de  Mujeres Chaparralunas por la Paz para socializar el proyecto que tiene como base fundamental, la «preservación de saberes ancestrales a través de la acuaponía«.Este encuentro consolida la puesta en marcha de proyectos productivos que “incorporen actividades que conduzcan a la apropiación social del conocimiento y de las tecnologías, de manera que las comunidades no solo se conviertan en operarios de una tecnología, sino que sean capaces de entender su funcionamiento”, expresa el ingeniero Luis Eduardo Peña. Pero, también, fue un encuentro donde se inició la construcción de sueños que tienen que ver con el tejido social, con la colaboración entre actores sociales del territorio tolimense y con la investigación como eje central para la trasferencia de conocimientos.Un aporte al territorio desde el territorioEn este contexto, las mujeres de la Red iniciaron la jornada con un emotivo ritual de armonización, para darle gracias a la Madre Tierra, y como una muestra de bienvenida al conocimiento: “Hay que estudiar y avanzar académicamente. Queremos que nuestra juventud le siga aportando al territorio e invitamos a nuestros hijos a estudiar y a que se preparen académicamente para aportar al territorio”, expresaron. Ellas, un colectivo de 2000 mujeres, que habitan la zona rural del municipio de Chaparral de diversos grupos indígenas, afrodescendientes, culturales y religiosos, ven en la acuaponía una oportunidad para producir alimentos y plantas medicinales, lo cual les permitirá desarrollar mecanismos que contribuyan a su soberanía alimentaria y conservar sus conocimientos ancestrales mediante el cultivo de plantas medicinales. Son protectoras de los recursos naturales y el medio ambiente, y le apuestan por la co-creación con la academia.La jornada contempló exposiciones de los trabajos desarrollados juntamente con la comunidad, que abordaron temáticas como las “Herramientas de diseño en acuaponía”, a cargo del ingeniero Luis Eduardo Peña. Como un desafío que contempla el diseño, basado en la identidad de las comunidades indígenas, se presentó el proyecto «Desarrollo de videojuegos para el aprendizaje de la producción en acuaponía”, a cargo del estudiante Leonardo Tirone, bajo la dirección de la docente Martha Marcela Morado y el Doctor Óscar Camilo Valderrama. Como un sueño que se plasmó en una maqueta, el Centro Agroecológico «El Rubí», fue expuesto por los estudiantes de Arquitectura, Angie Tipiani y Santiago Mosquera, bajo la dirección de los arquitectos Iván Angulo, Henry Mogollón y Juan Felipe Solís. Pero, también, la profesora de la Universidad de Los Andes, Irma Flores, y dos investigadores especiales que cruzaron el océano para venir a preparar a los docentes de la Universidad de Ibagué en Investigación Participativa Basada en Comunidad participaron de la jornada para hacer posible la unión de estas fuerzas sociales: la academia, los colectivos sociales y el acompañamiento internacional.  Para Irma Flores, profesora de la Universidad de Los Andes, este proyecto “es un ejemplo de cómo se puede trabajar en equipo y en red y, lo más importante, es que nos muestra cómo a través de la solidaridad y el diálogo se generan grandes cosas. Se deben hacer en colaboración, no solo para Colombia sino para muchas partes del mundo”.Según el profesor Bud Hall: “Las universidades que tienen amor por la creación del conocimiento son muy valiosas. En este momento, frente a lo que pasa en el mundo con el cambio climático, la violencia de género y la continuación de grandes y pequeñas guerras, sabemos que el conocimiento científico de la universidad no es suficiente para entender las problemáticas que tiene el mundo. Entonces, proyectos como estos nos muestran cómo compartir el conocimiento en un diálogo constructivo con indígenas, con mujeres, con profesionales de diferentes áreas de la universidad permite trabajar de una manera respetuosa el conocimiento de cada comunidad, y poder construir a partir de sus propias identidades. Nuestro desafío como sociedad es cómo podemos trabajar en conjunto. Este es un proyecto muy lindo y por eso lo compartiremos con nuestras redes de América Latina, de Asia y Norteamérica. Colombia tiene toda una historia difícil por la guerra que la ha circundado, pero hay esperanza, y este proyecto es una apuesta del posconflicto, porque esta red de mujeres ha sufrido los rigores de la guerra y hoy trabajan para la paz. Es una tierra bellísima, siempre la gente de Colombia es buena, simpática y brillante”.“Trabajar en Colombia y en un escenario universitario es una experiencia estimulante, porque la razón no es solo paz y la región, sino que profesionales de todas las áreas del conocimiento están aprendiendo a trabajar con comunidades”, afirma Rajesh Tandon.Este proyecto de Chaparral es un ejemplo bellísimo de cómo la Universidad de Ibagué se está expandiendo gradualmente por las regiones del Tolima; de mentores como profesionales de la arquitectura, el diseño y otras disciplinas. Estamos muy agradecidos de poder compartir este proyecto, conocerlo y aprender de esta iniciativa. Esperamos compartir estas iniciativas alrededor del mundo”.  Hace dos años el exrector de la Universidad de Ibagué, Alfonso Reyes Alvarado, lo contactó durante una conferencia de educación en Barcelona. “El rector escuchó lo que Budd y yo hacíamos y nos invitó a ofrecer el conocimiento en esta forma de investigar, que habíamos llevado a distintas partes del mundo. Considero que es un proyecto innovador y muy fuerte frente al empoderamiento de la mujer y la paz; es difícil por las condiciones que han tenido que sufrir y por eso puedo decir que estas mujeres son valientes y estoy agradecido por haberlas podido visitar en Chaparral”.Mediante la Investigación Participativa Basada en Comunidad, en el Tolima se continuarán realizando proyectos bajo el concepto de la co-construcción, que permite a las comunidades participar activamente de sus procesos de desarrollo, en un marco de respeto, preservación de su cultura y conocimientos ancestrales.

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