IBAGUÉ.Una luxación, una fractura, una gripa, y hasta incluso un raspón, para algunos es significado inmediato de dolor y tormento, incomodidad y desespero, y en la mayoría de los casos, incapacidad total para ejercer cualquier actividad.
Sin embargo, para la tolimense Bibiana del Pilar Sánchez, quien desde hace 12 años es montañista, un cáncer de húmero, que le afectó su brazo derecho, el cual estuvo a punto de ser amputado, no le ha impedido seguir escalando.
“Yo inicié esta actividad a través de mi labor en la Defensa Civil. Mis primeros ascensos fueron en el Nevado del Tolima, pero se vieron interrumpidos en el 2008 cuando me diagnosticaron esta enfermedad”, indicó Sánchez.
Y agregó: “Tuvieron que practicarme varias cirugías para injertarme un nuevo hueso, el cual en un principio no se adaptó bien, y por tal motivo se tuvo que utilizar una pequeña parte de mi cadera para ponerla en el miembro para que se uniera mejor la articulación”.
A pesar del éxito de la operación, los doctores le dijeron a Bibiana que lo mejor era que no continuara subiendo pendientes peligrosas, por temor a que se golpeara el brazo, el cual, según los galenos, no le permitiría trepar eficazmente
No obstante, al año y medio de haber sido internada en el Instituto Nacional de Cancerología, ya estaba subiendo el Nevado del Ruiz.
“Tengo un movimiento leve del brazo. No lo puedo levantar. Funciona desde el codo hasta la mano, pero aún así es algo que no me detiene en mi intención de sentir la paz y libertad que me ofrecen las cimas de las montañas”, puntualizó ‘Bibi’.
Proeza en Ecuador
Luego de conocer a Edgardo Torres, presidente de montañismo de la Universidad Católica de Chile ubicada en Quito, Bibiana se propuso viajar a Ecuador para escalar dos de sus montañas más representativas, respecto a la disciplina que practica.
Y lo logró hace un par de semanas, siendo su primer objetivo el Volcán Cotopaxi, cuya altura es de 5.900 metros, y del cual se tuvo que devolver faltándole 200 mts para la cima, porque sintió mareo y náuseas.
“No pude llegar a la meta, pero terminé feliz, pues aumenté mi marca personal de ascenso: Los 5.330 metros del Nevado Ritacuba Blanco, el punto más alto de la Cordillera Oriental, en los Andes de Colombia”, comentó Sánchez.
Luego se fue para el volcán Iliniza Sur (5.240 mts), y llegó hasta su pico. “Fue una gran proeza, porque es una de las montañas más técnicas de ese país, que supera los 60 grados de pendiente. Fue un recorrido de cinco horas, que se hizo más duro en la escalada del hielo por mi brazo, pero finalmente no fue inconveniente”.
No olvide: Bibiana viajó a ecuador con el apoyo del Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué, Imdri, donde trabaja como monitora de montañismo.
RONAL RENGIFO ÁLVAREZ