Así fue el lanzamiento del 50 Festival Folclórico Colombiano en Ibagué 

Este jueves se realizó en el Parque Deportivo de Ibagué el lanzamiento de la versión 50 del Festival Folclórico Colombiano. 

El evento 

Con una magnífica puesta en escena en la que la tradición y la cultura fueron los pilares importantes, Ibagué le dio la bienvenida al quincuagésimo Festival Folclórico Colombiano, en la que, además de la música y la danza, mostraron un coliseo muy colorido con las diferentes delegaciones que acompañaron a las candidatas de las comunas y corregimientos, que participarán en el Encuentro Municipal del Folclor.

Luego de los actos de protocolo y las palabras de la gobernadora del Tolima, Adriana Magaly Matiz Vargas y de la alcaldesa Johana Ximena Aranda Rivera, en la que reafirmaron su compromiso por conservar y proteger las tradiciones culturales del Departamento, y exaltar la vida y obra de ilustres ciudadanos que, con su amor a esta tierra, pusieron su granito de arena para iniciar y dar grandeza al Festival Folclórico Colombiano, siendo el único encuentro cultural, que acoge todas las muestras culturales de Colombia, y por ello se mostró gran parte de la riqueza musical y dancística de nuestro País.

Y al ser las bodas de oro del Festival Folclórico Colombiano, la fiesta debía ser superior y fue así como el elenco artístico de la Escuela de Formación Artística y Cultural (Efac), ofreció un recorrido desde nuestros inicios, cuando los indígenas Pijaos y Panches ofrendaban la vida, la cosecha, con sus propios bailes y ritmos.

También se reflejó la llegada de los españoles al territorio y el cambio que le añadieron a ciertas costumbres, no sin olvidar que tantos indígenas como los nuevos habitantes celebraban para la misma fecha las fiestas del solsticio de verano.

Los nuevos aires musicales surgidos como el bambuco, rajaleñas, cañas, sanjuaneros, prendieron las nuevas fiestas de mitad de año y en las que la religión traída del antiguo continente agregó otros matices y se fue fijando para el 23 de junio las fiestas en honor a San Juan, con ofrendas y otras celebraciones en las que mostraron las que se celebran en Guamo, el Corpus Christi, pero también nuevas costumbres orales con los mitos y leyendas y también la grandeza del jaguar. 

Al contar Ibagué con el único festival que reúne todas las expresiones artísticas de la Nación, se hizo un recorrido que inició con los Llanos Orientales y el baile del joropo, el zapateo de sus bailarines acompañados con los acordes que ofrecen el arpa, la bandola, el cuatro y las maracas.

Siguió la región Pacífica. El dulce sonido de la marimba, acompañada de la tambora y los cantos representativos de esta zona colombiana, se combinaron con el colorido de los trajes y el ágil movimiento de las faldas.

No podían faltar las cumbias del Caribe colombiano con sus inconfundibles instrumentos musicales, la gaita y la tambora con la alegría de sus bailes, entre ellos el mapalé.

El carnaval de Pasto también tuvo su momento especial en el coliseo del Parque Deportivo. Las mujeres lucieron sus ñapangas, el traje típico que inspiró la guaneña.

El Eje Cafetero, la cultura del cuyabro, también arribó a Ibagué con sus danzas y en especial las coplas picarescas, que, aunque enfrentan a hombres y mujeres, siempre muestran ese amor de unión. Tampoco faltó la danza de los macheteros, popular en la zona cafetera, así como el pasillo fiestero Satanás.

El paisaje cundiboyacense tampoco podía faltar con sus guabinas, pasillos, valses y bambucos y, por supuesto, la carranga.

El Tolima no podía faltar con el San Juan, San Pablo y San Pedro, porque mi casa está de fiesta y acoge todos los carnavales, festivales, ferias, entre otras fiestas que gozan los colombianos.

Todo esto se mezcló para dar la bienvenida a la fiesta musical más grande de Colombia, la que incluso hace descender del cielo a San Pedro para compartir desde Ibagué, la Capital Musical de Colombia, la alegría de toda una Nación.

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