Estrategias para afrontar las crisis de abastecimiento de agua en Ibagué 

Por: José Luis Marulanda Ocampo. Ingeniero civil. 

La crisis climática está desencadenando eventos extremos y catastróficos sin precedentes a nivel global. En nuestro país, la severidad del cambio climático es ya evidente, y las proyecciones para este año, influenciadas por el fenómeno de La Niña, no son alentadoras. 

Este contexto plantea un desafío significativo para el abastecimiento de agua en la ciudad, para nadie desconocido, afectado tanto por las lluvias torrenciales durante las temporadas invernales como por la escasez en períodos secos. Además, no se puede descartar la posibilidad de eventos de mayor magnitud y destructividad que impacten la infraestructura de captación de agua.

La infraestructura de captación del río Combeima, permanece prácticamente en su conformación original. A pesar de su importancia crítica para el abastecimiento de agua de la ciudad y el considerable crecimiento urbano en los últimos años, no se han llevado a cabo las mejoras y actualizaciones necesarias con una visión proactiva para buscar y alcanzar mayor seguridad, continuidad y confiabilidad en el suministro desde esta fuente principal. La empresa de acueducto ha priorizado la rentabilidad sobre la inversión adecuada, lo que ha resultado en una infraestructura insuficiente y precaria para brindar una mejor calidad en el suministro de agua.

A continuación, se presentan tres estrategias esenciales que, aunque tardías en su implementación, fortalecerán en gran medida el sistema de acueducto para enfrentar los efectos del cambio climático.

Recuperación de las redes de distribución primarias 

Se requiere acometer de manera determinante la sectorización hidráulica completa y definitiva de las redes primarias junto con la reposición de las tuberías deterioradas, a corto y mediano plazo. Esto sería crucial y esencial para minimizar las pérdidas de agua y mejorar la distribución en la ciudad. En lugar de enfocarse únicamente en nuevas fuentes que incrementan el derroche, reducir el desperdicio permitiría aprovechar mejor el suministro limitado durante eventos extremos. De los 230 litros por segundo que aportaría la captación proyectada desde la quebrada El Corazón, tan solo solo podrá ser aprovechada la mitad.

En el año 2022 se dio inicio a la primera fase de sectorización de las redes primarias, sin embargo, en 2023 no se realizó ninguna inversión adicional. Además, el plan de desarrollo para los próximos cuatro años solo contempla una fase dos, sin prever su conclusión. Las redes primarias son vitales para el control del sistema y enfrentan desafíos técnicos y operativos significativos debido a la deficiencia de esta infraestructura que mantiene el desabastecimiento constante y no uniforme en varios sectores de la ciudad. 

Construcción de una bocatoma alterna

La construcción de una captación aguas arriba de la actual en el río Combeima, proporcionaría una capacidad alternativa de desarenado, crucial dada la vulnerabilidad actual de la bocatoma a la saturación de sedimentos por aluviones. Esto permitiría minimizar interrupciones en el servicio al poder extraer sedimentos sin suspender el suministro luego de eventos extraordinarios. Existe un área explayada frente al predio El Recreo de Cortolima que podría ser la adecuada.

Los desarenadores de la captación principal están diseñados para operar bajo condiciones climáticas normales, pero no tienen la capacidad para manejar flujos torrenciales con alta carga de sedimentos. Durante estos eventos, los tanques sedimentadores se colmatan rápidamente, imposibilitando su servicio. La remoción de los sedimentos se realiza en un proceso lento, engorroso y rudimentario que prolonga la interrupción del suministro de agua.

Ampliar aducción en el Combeima

Se necesita ampliar la capacidad de las tuberías de aducción que transportan el agua captada desde la bocatoma Combeima hasta La Pola, para que esta fuente pueda satisfacer la demanda cuando las fuentes complementarias no dispongan del caudal requerido. Las quebradas ubicadas en la cuenca media, como Cay y Cocora, reducen drásticamente su producción durante estas épocas secas.

Durante la mayor parte del tiempo, esta corriente dispone de los caudales provenientes de la cuenca alta en la zona de páramo suficientes para abastecer la ciudad por sí sola, incluyendo las épocas de sequía, no obstante, esta aducción no cuenta con la capacidad requerida.

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