Diferentes sectores rurales de los municipios de Ortega, Natagaima, Coyaima, Ataco, Planadas. Son los más afectados y urgen atención de los organismo de atención de desastres.
REDACCIÓN GENERALES
La actual sequía generada por el fenómeno de El Niño tiene los niveles de supervivencia de cientos de comunidades en jaque.
Las imágenes tomadas por el reportero gráfico Juan Carlos Escobar son preocupantes: Comunidades enteras sacando agua de aljibes contaminados, cadáveres de animales colapsados por la sed, cultivos de café arruinados, falta de pastos para ganado, suelos desérticos, árboles y cosechas destruidas, reflejan la gravedad de la situación.
El municipio que más preocupa es Natagaima, pues los habitantes de las veredas Baloca, Yaco y Tinajas, no encuentran agua ni siquiera para preparar sus alimentos; en tanto que en Los Ángeles y Bateas, el inclemente sol y las temperaturas destruyeron los cultivos.
Los ríos
Igualmente, el efecto de este fenómeno ya se evidencia con el bajo caudal de los ríos Magdalena, Saldaña y sus afluentes, cabe anotar que los municipios mencionados obtienen de estos el suministro vital de agua para sus cultivos, acueductos y para el desarrollo de su economía agropecuaria.
En ciertos momentos de la sequía en Coyaima, Ataco, Natagaima y Ortega, entre otros, las barreras de temperatura han sobrepasado cualquier cálculo y alcanzaron los 48 grados, dicen los afectados.
Aunque la dirección de Gestión del Riesgo ha indicado la necesidad de implementar acciones que ayuden a sensibilizar a las poblaciones a que tomen medidas para el uso racional del agua y evitar quemas controladas, estos sectores requieren atención inmediata.