EL ESPINAL. Diez minutos antes de ser asesinada, Alba Luz García Marroquín atendió a quien sería su asesino, que compró un jugo de naranja de mil 300 pesos en el supermercado ‘Mercalixto’ donde ella trabajaba como cajera.
A las 7:10 de la noche del miércoles, un joven con buso verde ‘biche’ y gorra blanca, llegó a la casa 13 de la manzana J del barrio La Esperanza de El Espinal. Diez minutos después, el mismo personaje regresó y le disparó en tres oportunidades a la mujer. Dos tiros impactaron en la cabeza y uno en la espalda.
En el sitio estaban algunos compañeros y Ana Cecilia Garzón, jefe de la víctima, quien estaba en la parte trasera del establecimiento: “Escuché los disparos, pero creí que era pólvora, cuando las otras personas gritaron”, expresó, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Una de las personas que estaba en el negocio gritó y la joven cayó, los compañeros trataron de auxiliarla, pero los tiros fueron mortales porque al revisarle los signos vitales, no tenía.
Una patrulla de la Policía llegó y luego una ambulancia en la que iba una amiga de la occisa, quien no pudo hacer nada.
Los residentes llegaron al lugar y las puertas del establecimiento fueron cerradas, mientras los policías de la Sijín se encargaban de hacer la inspección al cuerpo.
Los testigos dijeron a los primeros uniformados que atendieron el caso, que dos sujetos habían escapado por la carrera Quinta en dirección a la vereda Montalvo.
Las características entregadas por los testigos daban cuenta de una moto Pulsar azul en la que iban los presuntos homicidas, y con las pistas iniciaron un operativo.
En menos de 15 minutos, una patrulla interceptó una moto con las mismas señales. Los ocupantes intentaron escapar, pero al ser requeridos manifestaron como pretexto que no paraban porque no llevaban los cascos, que fueron encontrados por los policías.
Por las inconsistencias, fueron llevados a la Estación de Policía del municipio. Allí una persona los señaló como responsables del homicidio, prueba fundamental para los investigadores judiciales.
LA AUDIENCIA
A la 1:25 de la tarde de ayer, Óscar Muñoz Cardona, de 39 años de edad, fue presentado ante el Juzgado Primero Penal de Control de Garantías de El Espinal, mientras que el otro, un menor de 17 años de edad, fue dejado a disposición de un togado encargado del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes.
El proceso fue tomado por la fiscal 35, quien le imputó a Muñoz Cardona, residente en Tocaima, Cundinamarca, los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego.
En la diligencia, el ente acusador reveló que los detenidos iban en una motocicleta Pulsar azul de placa FBR – 89A, en la que habían escapado luego de que, presuntamente, perpetraran el crimen.
La moto era conducida por Muñoz Cardona, quien llevó al adolescente y según el relato de la fiscal, éste último habría disparado.
Por las características del suceso, la Fiscalía solicitó las penas más altas contra Muñoz Cardona, que se determinarían en un juicio.
La Juez encargada de la diligencia le preguntó al detenido si aceptaba o no los cargos imputados. Su respuesta fue que no se allanaba. El aprehendido fue enviado a la cárcel de Girardot.
MATARON A SU FUTURO HIJO
En la audiencia estaban algunos familiares de la occisa, entre ellos Dorail García Marroquín, hermana, quien al termino de la diligencia, habló con Q’HUBO.
La mujer reveló que su pariente tenía dos meses de embarazo. Allegados extrañaban que no se contemplara como homicidio la muerte de la criatura que llevaba en su vientre, debido a que la Fiscalía no se pronunció sobre este aspecto en la audiencia.
De otra parte, al preguntarle a la hermana de la víctima sobre los posibles móviles del crimen, respondió: “Tenía amenazas. Una por la suegra, ella nos contó”, dijo.
NO OLVIDE: La joven había llegado al Espinal hacía ocho meses aproximadamente.
ANDRÉS PÁEZ – ENVIADO ESPECIAL / Q’HUBO