El desarrollo humano tiene varias etapas y entre estas se encuentra la adolescencia, periodo de edad entre (11 a 16 años) conocida como un periodo de transición donde la mente y el cuerpo enfrenta diversos cambios significativos para la persona, por tal razón un adolescente se siente niño y adulto al mismo tiempo, pero es claro que no es ni una cosa ni la otra.
Sus acciones pueden ser maduras o inmaduras dependiendo de muchos factores biológicos y ambientales, sin embargo, no se les puede exigir demasiado debido a encontrarse en la exploración de todo lo que hay en el mundo, por eso para la psicología humana este tiempo transitorio puede tener muchos aciertos, desaciertos o incluso algunos riesgos.
La palabra adolescencia tiene relación con adolecer (dolor), porque los cambios emocionales presentes son pequeñas confusiones necesarias para ayudar a fijar la identidad y personalidad. De hecho, los roles cambian dado que antes eran niños dependiendo de los adultos para todo, pero ahora en esta nueva época empiezan hacerse cargo y responsable de su vida.
Los cambios físicos, mentales y comportamentales de la etapa son tan evidentes que los padres no pueden pasar por alto, siendo que se hacen notar de alguna u otra forma, aunque los adolescentes son diferentes todos, cada uno pasa por distintos procesos que aquejan a sus familiares haciéndoles sentir frustrados e irritados.
Los adolescentes carecen de la capacidad de entenderse a ellos mismos y a su entorno, por lo mismo padecen frecuentemente de motivación y generan conflictos, especialmente donde haya normas. Por otro lado, los padres no están preparados para comprenderles sus cambios confusos y terminan atacándolos por su comportamiento; en muchos de los casos por falta de orientación profesional puede convertirse en una batalla sin fin entre padres e hijos, algo que no ayuda a sostener una buena convivencia.
Finalmente, lo más importante es remplazar los señalamientos por asertividad hacia los adolescentes, recuerda que es habitual que los padres sientan que ellos se quieren distanciar, pero en realidad lo que buscan es otro tipo de atención evitando tanta restricción, por eso hazte a la idea de que han dejado de ser niños para convertirse en adultos con una vida propia, donde no cabe el excesivo control.
Recomendaciones para tratar a los adolescentes:
1-Mantén una adecuada comunicación.
2-Acepta y entiende sus cambios.
3-Se empático.
4-Recuerda cuando tú eras adolescente.
5-Enséñale con el ejemplo.
6-No le compares con nadie.
7-Respeta sus necesidades.
8-Oriéntale en sus confusiones.
9-Permítele cometer errores.
10-Escúchale atentamente.
11-Resalta sus cualidades.
12-Evita hablar mal de él o ella con otras personas.
13-Dale tiempo a su etapa.
14-Ten paciencia y calma.
15-Has que se sienta apoyado y no atacado.
16-Mantén un modelo de crianza asertivo.
17-Genera confianza para que te cuente sus cosas.
18-Motívale a ser mejor.
19-Acompáñale en las actividades escolares.
20-Fortalece su autoestima.
21-Establece límites con respeto.
Margarita María Londoño Polania
Psicóloga-Especialista
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