REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Comerciantes de la plaza de mercado la 21 y sus alrededores, dieron a conocer que durante los últimos meses las ventas han disminuido en más de la mitad debido al aumento de habitantes de calle, las riñas constantes, el desorden y la falta de aseo. Ante esa situación, le hacen un llamado a las autoridades para que intervengan el centro de acopio de los ibaguereños.
Los problemas
El conjunto que conforman la plaza de mercado la 21 y los negocios que hay en su entorno, comprendido entre la carrera Segunda hasta la Quinta y desde la calle 19 hasta la 23, se considera como la central de abastos de Ibagué y varios municipios del Departamento, debido a la gran cantidad de establecimientos comerciales en los que durante la madrugada y parte de la mañana se venden alimentos frescos a clientes minoristas y mayoristas.
Pero en los últimos meses en ese lugar aumentó la inseguridad, el microtráfico, la contaminación ambiental, la invasión del espacio público y el deterioro del entorno urbano; por lo que comerciantes y usuarios coinciden en la necesidad de una intervención que le de una nueva imagen a la 21, fundada a mediados de 1959.
Según ellos, la presencia permanente de habitantes de calle y consumidores de alucinógenos es uno de los problemas más graves, pues estas personas ven en el centro de acopio un espacio para laborar durante las madrugadas como coteros o en el día reciclando para obtener dinero y poder comprar la dosis personal, lo cual ha disparado las riñas con armas blancas y genera desorden en la entrada del cuarto de basuras.
Otro de los problemas de este sector tiene que ver con la invasión del espacio público en la carrera Cuarta por parte de los camiones que descargan alimentos en la madrugada y de algunos vendedores ambulantes que ocupan las calles aledañas a la plaza, ocasionando desorden y congestión vehicular.
Posibles soluciones
En el 2012, durante la administración de Luis H. Rodríguez, se planteó la idea de construir una nueva central de abastos para descongestionar las plazas existentes, la cual sería operada a través de una concesión debido a la falta de recursos públicos para invertir. Dicho proyecto comenzó a gestionarse con el Banco de Desarrollo de América Latina.
En 2015, La Corporación Andina de Fomento (CAF), adscrita al Banco de Desarrollo de América Latina, contrató a la consultora española TTMA, encargada de adelantar el estudio de factibilidad para la construcción de una nueva central de abastos y en septiembre de ese mismo año, funcionarios de dicha empresa visitaron la ciudad para hacer trabajo de campo y recolectar la información.
En el estudio realizado se determinó que la nueva central de abastos, que estaría ubicada sobre la variante, a la altura de la calle 145, podría costar alrededor de $80 mil millones, estaría lista en diez años y convertiría a Ibagué en un punto estratégico para la distribución de productos agropecuarios en el centro del país.
Los problemas de la plaza la 21 no son nuevos, de ahí que en los últimos diez años hayan surgido propuestas como la transformación de todo el sector o la construcción de una nueva central de abastos en otro lugar, sin embargo, a la fecha los gobiernos no han materializado ninguna de estas.
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