Antes del accidente, Diego Mauricio trabajaba como conductor de una ambulancia. Fotos suministradas.
REDACCIÓN Q’HUBO
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Diego Mauricio Álvarez, el motociclista que terminó lesionado por esquivar a un joven que era víctima de hurto en la calle 60 de Ibagué, diálogo con Q’HUBO sobre lo que ha sido su recuperación un año después de los hechos. Estuvo a un paso de la muerte aunque ha mejorado, la recuperación toma tiempo.
Aunque Mauricio es creyente y le agradece a Dios la oportunidad que le dio de continuar en este mundo, expresa que físicamente no se siente bien. No puede levantar los brazos y siente mucho dolor al hacerlo, también en el rostro y cabeza.
Explicó que el golpe le causó un trauma craneoencefálico severo. Durante el mes que estuvo en coma y conectado a un respirador, el diagnóstico fue “riesgo de peligro de muerte”.
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Y no era para menos. El golpe le partió la cara en ocho pedazos, le desprendió ambos brazos, le inflamó el cerebro y los ojos se le llenaron de sangre.
También sufrió cuatro infartos y con reanimación, los médicos lo trajeron de vuelta.
“Ingresé al quirófano varias veces y tengo una cirugía de alto riesgo pendiente. En la parte frontal del cráneo, cerca a la entreceja me pusieron un tornillo. Esa parte me duele mucho. No puedo hacer fuerza porque se me puede desprender y se podría salir el líquido del cerebro; eso dicen los médicos”, expresó.
Aunque está en terapias, el proceso es lento e incierto.
“Tengo limitación en el movimiento. No me puedo tocar la cabeza con las manos y antes, no podía hacer algo tan mínimo como rascarme la espalda. En estos momentos no estoy trabajando por lo que económicamente dependo de mis padres y eso es duro. A veces me da ansiedad y angustia, pero la fe me mantiene”.
A pesar de todo lo vivido, a Mauricio le reconforta saber que le salvó la vida al estudiante del colegio San Simón, quien cruzó la calle corriendo y sin mirar ya que era perseguido por tres jóvenes.
“Creo que si no hubiera pasado lo que pasó, al muchacho tal vez lo hubieran herido porque uno de los jóvenes llevaba un enorme cuchillo. Yo intenté esquivar al jovencito, pero alcancé a llevarlo por delante. Por fortuna, sólo sufrió raspones. Este martes conocí al muchacho. Fue un encuentro muy bonito”, puntualizó Diego Mauricio.
Dato:
El ciudadano tiene secuelas en los dos brazos ya que se le zafaron de la clavícula. También perdió el olfato y una parte del gusto.
“No siento rencor”
Esta semana se conoció que las autoridades judicializaron a Julieth Tatiana Pérez Ospina, conocida como La Ratona, que hoy tiene 18 años de edad y quien aparece en el video de las cámaras de seguridad pasándole un enorme cuchillo a uno de los jóvenes que iban a atracar al estudiante en la calle 60, frente al conjunto residencial Infinity. A la mujer le dieron el beneficio de detención domiciliaria. La investigan por el delito de hurto en grado de tentativa e instrumentalización de menores para la comisión de delitos. “Yo creo que lo que uno hace mal lo paga. Creo en la justicia divina, sin embargo, no siento rencor ni juzgo a los jóvenes. Yo creo que todo lo que a uno le pasa, es para mejorar. Deseo que los muchachos recapaciten y mejoren su vida”, expresó el conductor afectado.
Más detalles
- 1. Quería ser Agente de Tránsito.
Antes del accidente, Mauricio era una persona totalmente independiente. Trabajaba como conductor de una ambulancia y había estudiado para ser Agente de Tránsito. Su meta era participar en una convocatoria en Bogotá. Ahora no puede trabajar y aunque está incapacitado, tiene unos inconvenientes con la E.P.S por lo que no está recibiendo salario. Económicamente depende de sus padres y de personas cercanas que le ayudan.
- 2, Había salido de la Iglesia.
El 16 de agosto de 2022, cuando Mauricio esquivó a un estudiante que cruzó la calle 60 para salvarse de un hurto, iba para su casa luego de asistir al culto. “Ese día fui a unas terapias porque me había quemado una mano en un accidente laboral. Llegué a culto y a las 6 de la tarde salí de la Iglesia Rey de Reyes. Iba para el apartamento. Normalmente pasaba por la calle 60, esa casi siempre era mi ruta”.
- 3. Estuvo en el cielo.
Durante el mes que estuvo en coma, Mauricio asegura que se reencontró con su esposa, que falleció hace seis años: “Yo llegué a un lugar y mi esposa estaba en la puerta. Ella estaba llorando y me hizo señas que me devolviera. Creo que por eso no morí”.
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