Acompañada a su tumba

MARIQUITA. Dolor y tristeza se vieron ayer en el sepelio de Brillith Lorena González, la estudiante que se suicidó de un tiro en el abdomen delante de sus compañeros de la Institución Educativa Técnica Francisco Núñez Pedroso, de Mariquita.
A las 2:45 de la tarde salió la caravana de amigos, conocidos y familiares hacia la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, para darle el último adiós a la chica rebelde y alegre que había acogido el colegio desde principio de año, y que inesperadamente la vieron caer en el polideportivo.
Mientras que unos jóvenes se gozan la adolescencia por las comodidades que les brindan sus parientes, a Brillith le tocó responder por sus actos desde muy pequeña. Según algunos conocidos, sus parientes poco se preocupaban por ella:
“Decía que era sola y cuando se llamaba a reunión de acudientes nadie venía”, dijo Dorys Libia Sánchez, docente de Biología del Núñez Pedroso, donde Brillith cursaba sexto grado.
De acuerdo con el rector Carlos Ángel Orjuela, González trabajaba en la Plaza de Mercado cargando bultos para ganar dinero, que sumado a la falta de afecto, serían las causas que la llevaron a cometer el irreprochable acto que hoy tiene en luto a los mariquiteños.
Orjuela argumentó estar satisfecho por el cambio que notó en la chica durante las últimas semanas, ya que la veía más atenta y responsable, pero el inesperado suceso, que dejó en ‘shock’ a varios alumnos, no lo saca del asombro.

LOS ÚLTIMOS PASOS
Q’HUBO, vistió el lugar de los hechos donde unos docentes y testigos argumentaron que la joven aprovechó un cambio de clase para dirigirse hacia las escaleras del polideportivo en las que se encontraban unos amigos e hizo un tiro al aire.
“Yo estaba en la sala de informática, una niña llegó a comentar lo que estaba pasando en el patio. Salí y me di cuenta que era Brillith, la llamé y le dije que soltara el arma y ella hacía gestos de negación con la cabeza”, agregó la docente de biología.
Posteriormente, el rector trató de persuadirla: “Le hablaba y logré que caminara cuatro metros, en ese momento entró la Policía, seguramente se atemorizó y se devolvió hacia el centro de la cancha. Ella no le apuntaba a nadie”, aseveró el directivo.
“De un momento a otro se pegó el tiro en el abdomen, cayó y como estaban los organismos de socorro fue remitida de urgencia al Hospital San José de Mariquita, donde murió”, narró Orjuela.

LE GUSTABA EL FÚTBOL
Familiares que le dieron el último adiós a Brillith explicaron a Q’HUBO, que la occisa era una chica alegre y amante del deporte.
“Era muy amiguera, le gustaba andar con sus compañeras y siempre mostró la inclinación por el fútbol”, dijo Katherine González, la hermana, que respondió hasta hace algún tiempo por la adolescente.
Al preguntarle dónde vivía su hermana, Katherine no respondió con certeza, ya que desconocía su paradero.

EL ARMA DE LA TRAGEDIA
Las investigaciones datan que la chica utilizó un revólver calibre 38, del que se tiene dos hipótesis respecto a su procedencia.
La primera que puede ser de propiedad de un señor de una ‘casaquinta’ donde González se había quedado la noche anterior al suicidio, al parecer lo sacó sin permiso, y la otra versión argumenta que el dueño es un allegado a la chica.
“No conocemos quién es el portador y por qué la niña lo trajo. La Fiscalía recogió todos estos elementos”, precisó Carlos Ángel Orjuela, rector del plantel.

NO OLVIDE: El rosario de madera que acompañó a Brillith en sus travesuras, fue puesto ayer sobre el féretro inhumado en el cementerio de Mariquita.

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