JULIÁN TORRES
qhuboibague@gmail.com
En 2018, Ibagué fue incluida en el listado de las 100 ciudades más verdes del mundo, de acuerdo con la organización internacional Proyecto de Divulgación de Carbono. Gran parte del territorio de la Musical corresponde a zona rural, con paisajes majestuosos de montaña, valles de ríos, cascadas y zonas de bosques. Por eso, el plan por excelencia en nuestra ciudad es salir a caminar, recorrer senderos naturales y disfrutar de la flora y la fauna.
Varios grupos de montañistas, senderistas y deportistas extremos han organizado esta actividad de manera periódica por años. Ahora, han decidido unirse y promover las caminatas colectivas para mejorar la salud física y mental de los ibaguereños, al tiempo que se incentiva el comercio campesino en las veredas que son visitadas.
Caminar entretiene y sana
La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos entre 150 y 300 minutos de ejercicio semanal como mecanismo para prevenir diversos tipos de enfermedades, tanto en niños como en adultos, sin importar la condición física o incluso alguna discapacidad que se tenga. Una de las actividades más asequibles para cualquier persona es el senderismo (también denominado trekking, aunque con algunas variantes).
Esta práctica tiene múltiples ventajas: bajos costos, por cuanto solo implica desplazarse hacia cualquier vereda o zona de montaña alrededor de la ciudad; fácil de practicar para cualquier persona que pueda caminar, sin importar su nivel físico; además de las posibilidades de disfrutar de paisajes maravillosos.
Eso lo tienen claro los integrantes de varios grupos de senderistas de Ibagué, que llevan años recorriendo diferentes rutas dentro del área rural de la ciudad y del Departamento. Uno de estos grupos es Scalibur, liderado por Freddy Nelson Hernández, quien hace más de una década sale a transitar nuestros senderos naturales con frecuencia.
Mejora la salud mental
“Estos grupos por lo general salen cada semana. Nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene para los ibaguereños, ya sea alentados o enfermos, que salgan a la montaña. Cuando he tenido crisis emocionales, lo hago. Disfruto de una quebrada, una flor, la llovizna o el sonido de un pájaro. Uno se da cuenta de que los problemas no son tan grandes como creemos. El mundo no se está acabando”, expresó Freddy.
El ibaguereño, quien se ha dedicado al oficio de entrenador físico, destaca que son muchas las bondades de hacer recreación en sitios de la ciudad donde está el aire, el sol y el verde de las montañas. “Caminar y disfrutar nuestro territorio es salud. Conocemos nevados, termales, cuevas, cascadas. Es un aliciente para seguir viviendo”, dijo.
Por esta razón, varios de los grupos de senderistas de Ibagué decidieron unirse y organizar caminatas colectivas periódicas a diferentes veredas de los alrededores del Municipio. La actividad no solo busca la integración de las personas que hacen parte de estos colectivos, sino que además, muchos otros ibaguereños que normalmente no realizan estas actividades, se vinculen, recorran los senderos, despejen sus mentes y disfruten de la naturaleza.
Valoremos lo nuestro
Cerca del 90% del suelo ibaguereño comprende aún área rural o zonas verdes periféricas, poco habitadas, con maravillosos paisajes. El Municipio posee un desnivel de casi cinco mil metros, que lo hace poseedor de todos los climas. Todo ello, sin mencionar los diversos cuerpos de agua como ríos, quebradas y hasta lagunas. Las enormes montañas que rodean a la Musical están surcadas por senderos que invitan a recorrerlos.
“No siempre el plan de fin de semana debe ser ir a un centro comercial. Ibagué tiene más de 140 mil hectáreas, conozcámosla. Vamos a Salento a ver cuatro palmas, cuando en el Tolima tenemos los dos bosques de palma de cera más grandes del mundo, ubicados en Toche y Anaime. Tenemos también El Machín, que es un paraíso. Hay que aprovechar ese potencial turístico”, aseguró Freddy Hernández.
Compremos a los campesinos
De acuerdo con Freddy Hernández, las caminatas han contribuido a hacer visible la producción de campesinos, dejando a un lado la intermediación. Los campesinos pueden sacar sus productos y venderlos, además de ofrecer otros servicios a los visitantes.
“Allá le pueden vender un desayuno, almuerzo o refrigerio; hortalizas, plátano, frutas; o hasta alquilar un sitio para camping”, informó el senderista, quien además explicó que al quitar la intermediación, los productos son más baratos y toda la ganancia queda para los productores.
En la zona rural es posible conseguir queso por $8 mil la libra, leche a $2 mil la botella, o un racimo de banano a $10 mil. Por eso, quienes compran directamente a los productores, contribuyen a incentivar la economía campesina.
Ingrid Restrepo, habitante de la vereda El Cural e integrante de la Asociación Agroecoturística Mirador del Cural, da fe de ello. “Parte del objetivo de estas caminatas es que nuestras comunidades puedan sacar sus productos para vender. Después de que se organizó la primera caminata el 19 de febrero, han venido otros senderistas por su cuenta. La idea es unirnos con otras veredas para promover el turismo saludable”, dijo la líder.
Además de mercados compuestos por productos cultivados en la vereda, totalmente orgánicos, los lugareños también ofrecen cafés especiales, sirope de yacón (una especie de miel sin azúcar), alimentos preparados, alojamientos e incluso recorridos guiados como el del Camino Nacional Paso del Quindío. El beneficio es enorme. Usualmente, los campesinos de la vereda y de esa zona del área rural, deben bajar a pie con sus productos ante la falta de un transporte y venderlos en la plaza a lo que les quieran pagar.
“Los campesinos merecen una mejor calidad de vida”, expresó Restrepo, quien también destacó que en el lugar se llevan a cabo procesos como un Museo del Campesino, que busca rescatar los saberes de la gente del campo y que está en proceso de rehacerse, luego de que una borrasca dañara las instalaciones. Asimismo, ella y su esposo rescatan saberes ancestrales a través de la medicina tradicional, basada en las plantas.
“La jornada fue fabulosa. Todas las personas vendieron todo lo que ofrecieron. Algunos, como los vendedores de torta de cidra, tuvieron que preparar más. Fue muy gratificante”, dijo.
MÁS INFORMACIÓN
La próxima caminata colectiva se realizará el domingo 23 de abril por la ruta Gamboa- El Tambo- Laguneta- El Tambo. Un total de 13 km. El punto de encuentro es Gamboa (vía a Cajamarca) a las 7:30 a.m.
Puede contactar a los campesinos de El Cural para comprarles directamente sus productos a través de Ingrid Restrepo a la línea celular 3138957676. Allí le contactarán con la persona que ofrezca los productos que usted desee adquirir.
TOME NOTA
Las personas que asistan a la caminata de este domingo deben llevar hidratación, snacks, una capa, gorra, ropa deportiva y calzado cómodo, apto para el recorrido. Asimismo, deben llevar dinero para su transporte, almuerzos y compra de productos a campesinos.
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