REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Hace unos años, Amparo Rivera, una líder ibaguereña y quien se describe como una mujer fuerte, cayó en una profunda depresión. Gracias al apoyo familiar y a un experto pudo dejar atrás los días grises y volvió al camino de la felicidad y trabajo comunitario
En diálogo con Q’HUBO, recordó que todo inició en 2017, cuando le practicaron una cirugía para bajar de peso.
“Yo estaba obesa. No podía bajar escaleras, me costaba hasta caminar y los médicos me dijeron que si seguía así, iba a necesitar bastón y que cada día mi estado de salud se iba a deteriorar”, indicó.
Aunque el proceso para el procedimiento tomó varios meses y estuvo en manos de excelentes profesionales, según ella, cuando despertó de la anestesia encontró un mundo totalmente gris.
“En cuanto abrí los ojos, después de la cirugía, todo era gris para mí. Empecé a llorar y le decía a los médicos que quería que me volvieran a dejar el estómago como antes, cosa que no se podía”, recordó.
Y agregó: “A pesar de que antes de la cirugía pasé por psicología y quería el procedimiento, después de salir del quirófano me dio depresión y aún no tengo clara la razón”.
Recordó que fueron cinco meses de tristeza, insomio y ansiedad. Le tocaba dormir acompañada y cuando le daba la crisis de ansiedad, llegó a tirarse al suelo (así encontraba tranquilidad) y pedirle a sus familiares que no la dejaran sola por miedo a atentar contra sí misma.
Confesó que llegó a sentir que no quería vivir: “No veía un futuro. No encontraba una razón para estar en este mundo. No quería ver ni hablar con nadie. Hoy agradezco a los vecinos, que también estuvieron pendientes de mí y me llevaban a misa y a grupos de oración”.
En palabras de la líder, no hay que juzgar a las personas con depresión porque es algo que la mente no puede manejar.
Muchas veces planeó su muerte: “Era como una obsesión y una lucha interna. Una parte me decía que lo hiciera y la otra me hacía pensar en mi familia y en mí”.
Aunque acudió a psiquiatría, el primer tratamiento no funcionó.
Ayuda profesional
“Mi familia hizo un esfuerzo económico y pagamos un psiquiatra profesional, el doctor Jairo Novoa, que fue como un ángel. Cuando llegué al consultorio, él me dio unas gotas y yo salí diferente. A la semana ya me sentía muy bien y le dije a mi familia que ya había pasado la tormenta, que podía estar sola, que ya se podían ir de la casa ( risas)”.
Amparo, líder del barrio Limonar, continúa sus controles médicos en su E.P.S. y sigue al pie de la letra las recomendaciones de los profesionales de la salud.
Tenga en cuenta
La líder envía un mensaje a la ciudadanía en general. La invita a que hable de sus problemas, a no reprimir las emociones y a buscar ayuda profesional. “Ir al psicólogo y al psiquiatra no es estar loco y uno no se vuelve dependiente de los medicamentos. No sé porqué entré en depresión, una de las hipótesis, es que la anestesia afectó el funcionamiento del cerebro. Hoy estoy feliz y no me arrepiento de la cirugía porque bajé más de 30 kilos. Busquen ayuda que todo tiene solución y exijan a las EPS. Mi EPS me da medicamentos, vitaminas, todo lo que requiero”, puntualizó.
Tome nota
Recuerde que ante cualquier crisis emocional, acuda a las líneas de atención 123 y 3177012061, donde encontrarán un gran equipo de profesionales dispuesto a escuchar y brindar un acompañamiento integral para salvar vidas. Según expertos, la depresión es una enfermedad, como cualquier otra, que tiene tratamiento.
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