Margarita María Londoño qhuboibague@gmail.com
Nadie quiere sentirse mal, pero a veces es inevitable controlar la parte emocional, especialmente cuando todo se torna oscuro y sobre todo al acumular sentimientos negativos sin ejecutarlos o exteriorizarlos. La represión de sentimientos en el transcurrir del tiempo terminan saliendo a la luz en algún momento. El suicidio se ha convertido en una de las causas de muerte más comunes hoy en día. Antes de que suceda, la persona da indicios de pretender quitarse la vida, lo que ocurre es que en muchas ocasiones su entorno no le presta la atención pertinente.
El suicidio es una problemática de salud pública que tiene mucha importancia, pero es un tema aún descuidado. A pesar de tantos casos que se registran a diario, cada uno de estos tienen diferentes causas y detonantes. Las personas toman la fatal decisión por el acumulo de emociones negativas que experimentan en varias situaciones difíciles que han enfrentado, incluso desde la infancia, lo cual desencadena en diagnósticos de depresión o algún trastorno mental.
En la actualidad, la gente se encuentra inmersa a cambios acelerados gracias a los fenómenos de disfuncionalidad familiar, entornos estresantes y exigentes, bullying o acoso laboral; eventos traumáticos, soledad, crisis económica, baja autoestima, adicciones, malos tratos, delincuencia, desempleo y muchos factores que alteran notoriamente la dinámica de una persona. Infortunadamente no se le pone la atención que requiere cuando las alertas o síntomas son tan evidentes. Aunque es fundamental diferenciar cada caso respecto a la circunstancia vivencial lo que infiere detectar a tiempo para evitar la finalización de la vida.
Definición de conceptos
Ideación suicida: se presenta en un individuo que se encuentra en crisis emocional, sosteniendo pensamientos repetitivos y constantes acerca de planear la forma de hacerse daño y morir.
Intento suicida: se presenta en un individuo donde su crisis no fue tratada a tiempo e intenta de cualquier manera autolesionarse esperando un resultado final, en muchas ocasiones no logran el objetivo por intervención de otros.
Suicidio consumado: se presenta con un resultado letal deliberadamente iniciado y realizado por el individuo sin recibir intervención o ayuda de otros para evitarlo.
Recomendaciones para ayudar a una persona con ideación o intento suicida:
1 Pon atención a los cambios de conductas y ánimo.
2 Invítale a expresar lo que siente.
3 Escucha lo que expresa con detenimiento.
4 Intenta comprender el dolor que está teniendo en esos momentos.
5 No le juzgues por lo que está pasando.
6 Pide ayuda profesional cuanto antes.
7 Evita pensar que simplemente está llamando la atención.
8 No lo dejes solo (a).
9 Ayúdale a buscar soluciones claras para sus problemas.
10 Bríndale una voz de aliento, un abrazo o un detalle significativo.
11 Guarda muy bien objetos peligrosos, armas, medicamentos, cabuyas, etcétera.
12 No te desesperes ni pierdas el control de la situación, ya que eso afectaría notoriamente al paciente.
13 Anímale a salir del trance en que está, resaltando lo positivo que es y tiene.
14 Céntrate en dar una esperanza de vida.
15 Recuérdale que recuperarse es posible y es cuestión de tiempo.
16 Motívale a compartir con la familia y amigos cercanos.
17 Foméntale la actividad física.
18 Invítale a recuperar el tiempo con actividades agradables.
19 Ayúdale a planificar su proyecto de vida.
Los síntomas
1 Hablar del suicidio frecuentemente.
2 Aislarse de la sociedad.
3 Cambios bruscos en el ánimo.
4 Despedirse de las personas como si nunca más las volviera a ver.
5 Preocupación por la muerte.
6 Sentirse sin esperanzas.
7 Incremento en el consumo de alcohol, cigarrillo o SPA.
8 Alteración alimenticia y de sueño.
9 Practicar actividades riesgosas y autodestructivas.
10 Agitación, llanto y desespero.
11 Regalar los objetos y poner en orden sus asuntos personales.
12 Comprar objetos para quitarse la vida (armas, pastillas, cabuya).