Javier Eduardo González de 37 años de edad, era un sacerdote de la ciudad de Medellín que murió en extrañas circunstancias al interior de un bar, donde asistió para ver jugar a la selección colombiana Sub-20, según sus allegados era fanático del fútbol.
Los hechos tuvieron lugar el día sábado en horas de la madrugada, en un bar ubicado en la carrera 70 A con la calle 42 del barrio Laureles, de la capital antioqueña.
Al parecer, el sacerdote se quedó en el sitio después de terminado el partido, junto a otra persona; sin embargo, su acompañante se fue del lugar sin dejar rastro, lo abandonó cuando este estaba inconsciente.
Al cerrar el negocio, el propietario se percata de la situación y pensando que se trata de un borracho, llamó a la policía, quienes confirman que el sacerdote estaba en realidad muerto.
Además, se conoce que le robaron sus pertenencias, el celular, la billetera y una chaqueta, razón que complicó a los investigadores conocer su identidad.
Entre tanto, las autoridades y el CTI de la Fiscalía, tendrán que determinar si el sacerdote fue víctima de algún tipo de sustancia para robarlo y si esto fue la razón de su muerte.
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