IBAGUÉ.Luego de escuchar la condena a cinco años, ocho meses y 20 días de prisión que emitió el Juzgado Tercero Penal del Circuito en contra de Jhon Deiber Medina por el homicidio en contra de Jhon Alexánder Gutiérrez Muñoz, sus familiares gritaron su inconformismo por los pasillos del Palacio de Justicia.
Sus papás, primos, tíos y la abuela, quienes estuvieron en la lectura de fallo, manifestaron a voz en cuello que la decisión de la Juez de Conocimiento era una injusticia. José Elver Gutiérrez, padre del occiso, dijo a Q’HUBO: “Me siento inconforme con la justicia porque le matan a uno un hijo y vienen a pagar tan poco”, refirió.
Pero durante la etapa de juicio oral, la defensa de Medina pudo demostrar que su procurado actuó bajo el atenuante de ira e intenso dolor, puesto que el día de los hechos observó cuando Gutiérrez Muñoz se encontraba en una habitación con su pareja, Edith Milena Rodríguez Rojas, quien era prostituta.
La mujer se había encontrado ese 11 de mayo de 2008 con Gutiérrez Muñoz durante una fiesta en una vivienda ubicada en el barrio Villa del Río a donde acudió con Medina, quien era su pareja y conocía a qué se dedicaba.
A pesar de esta condición llevado por el amor, el condenado observó por una ventana a Rodríguez Rojas con el occiso y les gritó: “Así los quería ver h.p”, (Sic), corrió hasta la entrada del cuarto, disparó en dos ocasiones, y uno de esos impactos alcanzó a Gutiérrez Muñoz en la cabeza, quien se encontraba agachado sosteniendo la puerta.
En la audiencia preliminar Medina aceptó el cargo de porte ilegal de armas y le fue concedida la casa por cárcel, otro de los motivos que no compartió la familia de la víctima: “El tipo lleva cuatro años en la casa, una vez lo cogimos en la calle con la Policía y nunca le revocaron la domiciliaria”, refirió el padre del occiso.
Y agregó: “Es doloroso que a uno le maten a un hijo y ganen un juicio con testigos falsos, porque todo fue comprado, porque en el barrio nadie sabía que él era la pareja de esa mujer, pero sí que era una prostituta”, puntualizó el acongojado progenitor.