Murió querido comerciante de la capital tolimense

IBAGUÉ. En medio de una lluvia de aplausos de agradecimiento, aunque con un profundo pesar por su partida, familiares, amigos, clientes y demás allegados de don Noé Cortés, le hicieron un sentido homenaje de despedida ayer a uno de los pilares del comercio durante la segunda década del siglo XX en capital tolimense.

El señor Cortés fue reconocido por tener varios negocios que se convirtieron en eje central para el desarrollo del sector de la Construcción en la capital tolimense, como el caso de Construcentro, que estaba ubicado en la calle 28 con carrera Cuarta, según refirió Hernando Barreto, uno de los allegados del comerciante:

“Lo conocía desde 1975. tuvo el negocio del Almacén La Miscelánea, que funcionaba en la calle 15 entre carreras Segunda y Tercera, también otro almacén en la carrera Quinta entre calles 22 y 2”, recordó.

“Hacía unos seis años había terminado sus negocios. Tuvo nueve hijos y funcionó casi 45 años en el comercio. Contribuyó mucho al progreso de Ibagué en la distribución de materiales para la construcción y pinturas. El legado que deja fue su trabajo y dedicación a la familia. Fue un gran hombre. Los familiares, los clientes don Noé que vinieron, y los amigos, estamos muy agradecidos con las personas que de una u otra forma vinieron a acompañarnos”, precisó don Hernando.

 

“Como un padre”

 

Atiliano Murillo cumplió 47 años de edad el sábado, de los que le ha dedicado cerca de 25 a trabajar en el sector ferretero. La celebración terminó cuando se enteró que don Noé, para quien había trabajado durante cerca de una década, había partido al lado del Señor:

“Era una persona incomparable. Me lo dio todo como patrón. Por eso estoy acá. Vengo como si fuera hijo suyo porque persona como él, ya no hay”, dijo.

Entre las cosas que recuerda de su jefe, fue algo que le manifestó en una ocasión en la que le guardó el carro en el garaje: “me dijo: ‘A usted como que su papá le enseñó lo mismo que a mí. A trabajar y a respetar’. Su familia, los hijos, los nietos, han sido magníficos conmigo. Era de los buenos buenos (sic). Prácticamente como un papá”, concluyó el señor Murillo.

Las honras fúnebres del hombre que dejó su aporte al comercio local, se realizaron ayer en la mañana en la Iglesia de Belén y el Parque Cementerio Los Olivos.

 

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