IBAGUÉ. Sobre las 4:30 de la madrugada de ayer, los organismos de socorro de la capital tolimense estuvieron atentos al caudal del Río Combeima, que según reportes iniciales presentaba un aumento considerable en el caudal como producto de una supuesta avalancha que bajaba por el afluente. Dicha situación fue descartada unas horas después.
Según Félix Salgado, director del Comité Local de Prevención y Atención de Desastres, Clopad, la situación, que generó cierto pánico en los sectores ribereños, obedeció a una creciente de la quebrada El Guamal: “Se presentó un pequeño represamiento en la madrugada (de ayer) y provocó una ‘bombada’ pero no fue muy grande. Es la quebrada La Marrucera, es pequeñita. Incluso no la conocía porque son afluentes que no tienen cauces permanentes, son intermitentes”, refirió.
El funcionario precisó que dicha situación corresponde a un fenómeno natural que se registra en el Cañón del Combeima cada año entre junio y julio a raíz de unas fuertes precipitaciones.
En cifras: 500 mil unidades de turbiedad alcanzó ayer el Río.
“Agua imposible de captar”
El gerente del Ibal, Eduardo Bejarano, indicó ayer que era difícil saber cuánto tiempo iba a estar la capital tolimense sin el suministro desde la bocatoma del Río Combeima: “La turbiedad se ha reducido pero todavía hay unos niveles que impiden la captación de líquido. Está bajando un barro pesado”, precisó. Agregó al cierre de esta edición que el nivel de turbiedad había descendido desde 500 mil que fue lo máximo alcanzado, a 12 mil unidades, aún por encima de los diez mil, máximo de turbiedad permitida para poder recoger el líquido: “Esperamos hacia el final de la noche (ayer) si sigue la tendencia a disminuir, podamos volver a captar. en caso contrario, estamos fregados”, añadió. Por último, Bejarano hizo un llamado a la ciudadanía para que se haga un uso prudente del agua de los tanques de reserva: “Evitemos en estos momentos de emergencia lavar vehículos, regar jardines y usarla en cosas que no sean absolutamente prioritarias”, concluyó.