REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Habitantes, comerciantes y usuarios de varias instalaciones del sector de la Estación, entre carreras Tercera y Cuarta, no se resignan a vivir con el deterioro que presenta la calle, donde el pavimento hace tiempo dejó de existir y daños en varios cableados hacen que los vecinos vivan prevenidos en cuanto pasan vehículos de carga.
Una trocha de la peor condición
Además de varios locales comerciales y viviendas, en la calle 20 con Tercera está presente una sede de la Institución Educativa Sintrafec, el puesto de salud de la USI La Estación y el Centro de Desarrollo Infantil, CDI, del Bienestar Familiar, del que se benefician hijos de comerciantes de la Plaza la 21 y de habitantes de la zona.
Sin embargo, el deplorable estado de la calzada no se compadece con la importancia de la vía. Un daño grave en las tuberías que pasan por el lugar convirtió la carretera en un barrizal, lleno de saltos y huecos que con las lluvias se convierten en pequeñas lagunas, que además se llenan de mosquitos. Asimismo, proliferan los malos olores.
Comerciantes de la zona aseguraron que ya son varios años con el problema, pero eso no ha sido suficiente para que la Administración municipal intervenga el tramo.
“El olor a podrido es fuerte, proliferan los zancudos y pican a los niños. Además hay muchas basuras. Es muy difícil lidiar con eso a diario, además del mal aspecto. Son 68 niños los que atiende el CDI, y están en riesgo constante de contraer dengue. Se ha gestionado para que vengan a revisar, pero han hecho caso omiso”, relató Janeth Borhórquez, docente del CDI.
La calle parece cualquier cosa menos una vía urbana por donde todo el tiempo circulan motos, vehículos particulares, taxis y hasta camiones.
Recogen cablescon palos
Como si fuera poco el pésimo estado de la calzada, ahora los habitantes del sector viven con miedo constante cada vez que por el lugar circula un vehículo de carga. Hace unos meses, un rodante de este tipo se llevó por delante un cableado, dejando sin energía eléctrica a los vecinos.
Aunque no es 100 por ciento claro qué tipo de cuerdas fueron las que quedaron sueltas, colgando a baja altitud, cada vez que por el lugar va a pasar un vehículo de carga pesada, los vecinos deben estar pendientes, pedirle al conductor que se detenga y recoger las cuerdas con un palo.
Algunos vecinos se arriesgaron a hacer su propio arreglo, atando el cableado y lo dejaron pegado a los segundos pisos de las casas.
Al cierre de esta edición, en el lugar contaban con fluido eléctrico, pero es preciso establecer si en efecto el cableado es de energía o de otro tipo de servicio, de acuerdo con la empresa Celsia.
