Edwin Gutiérrez qhuboibague@gmail.com
Q’HUBO visitó el Combeima, un sector de la comuna Uno de Ibagué, conocido por ser uno de los primeros barrios que se fundaron en la ciudad y en el que aún se conservan casas de más de 100 años de antigüedad. En diálogo con algunos de sus habitantes, se dieron a conocer varios aspectos de la comunidad así como algunos problemas que los afectan, entre esos la inseguridad como el más relevante.
Historia
Según el libro ‘Poblamiento e historias urbanas del Alto Magdalena Tolima: siglos XVI, XVII Y XVIII’, escrito por la historiadora Ángela Inés Guzmán, en los terrenos donde hoy queda el barrio Combeima, existió un caserío habitado por alrededor de 48 indios tributarios o mitayos, conocido como ‘El pueblo del espíritu santo del Combeima’. Fue fundado en 1627 para proveer la mano de obra para la reconstrucción de la Ibagué colonial después de los ataques de los pijaos, así como para la producción de bastimento y la conducción de agua.
Esta misma información se puede leer en el libro ‘El Gran Guacamayo’, el río grande de la Magdalena’, del autor Maximiliano Gutiérrez Ramírez, donde dice que este poblado fue fundado por Lezmes de Espinoza, quien comisionó al capitán Ambrosio de Morales para su construcción sobre la meseta localizada en la ribera del río Combeima y a un lado del camino del Quindío.
Según algunos historiadores, los indígenas que vivían en ‘El pueblo del espíritu santo del Combeima’, ingresaban a la ciudad por una puerta ubicada en lo que hoy se conoce como la cuesta de Chapinero, la cual se cerraba todas las noches. Estas mismas personas, que constituían la mano de obra de la ciudad, fueron cristianizadas por la iglesia católica, para lo cual asistían a la ermita de La Soledad, que quedaba en la calle Sexta con carrera Segunda, frente a la subida conocida popularmente como ‘La Gogó’.
Durante las primeras décadas del siglo XX, lo que alguna vez fue ‘El pueblo del espíritu santo del Combeima’, era considerado un arrabal de Ibagué (sector alejado de la ciudad), que poco a poco se convirtió en el barrio conocido como El Amé, esto debido a que así se conoce en lengua pijao al árbol de nogal y los habitantes de la zona habían sembrado un ejemplar de estos muy cerca al puente sobre el río Combeima.
Con los años, el Amé se convirtió en un barrio prostibulario donde había lupanares, cantinas, galleras, entre otros sitios de entretenimiento nocturno; allí acudían mujeres de varias regiones del país cada fin de semana para atender a caballeros de la sociedad ibaguereña y a mineros de oro de Ibagué y Cajamarca que pagaban muy bien a las damas que les brindaban su compañía.
Entre 1950 y 1951, los prostíbulos del Amé fueron reubicados en el barrio Pranayama (donde hoy queda Las Ferias). La decisión de trasladar la zona de tolerancia a un sector más alejado del Centro de Ibagué, fue aplaudida por las señoras de la ciudad, que asistían los fines de semana al exclusivo club Baltazar, aledaño al Amé, y se incomodaban al observar a decenas de mujeres paradas en las esquinas, algunas de las cuales le prestaban servicios a sus esposos.
Luego de la reubicación de los burdeles, los habitantes le cambiaron el nombre al sector, que pasó de llamarse El Amé a Combeima, en honor al río que cruza muy cerca. Esa transformación fue celebrada con una bendición del barrio y estuvo acompañada por la conformación del comité de obras que luego se convirtió en Junta de Acción Comunal, la cual, en cabeza de don Octaviano Soto Lemus, comenzó a gestionar a principios de los años 60 uno de los proyectos más significativos para la comunidad, como fue la construcción de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
Emergencias por el río
Las emergencias ocasionadas por las crecientes del río Combeima durante la temporada de lluvias cada año, entre esas los deslizamientos que se desprenden desde la parte alta del barrio, han sido el principal problema para los habitantes de este sector de la comuna Uno, que en los últimos 50 años han visto morir sepultados a varios de sus vecinos. La tragedia más reciente ocurrió la mañana del miércoles 27 de abril, cuando las lluvias ocasionaron un deslizamiento que acabó con la vida de Jorge Orlando Castellanos, un vendedor de arepas de 58 años que a esa hora se encontraba trabajando en una casa ubicada debajo del barranco desde donde se desprendieron las rocas y el lodo. A lo anterior, hay que sumarle las crecientes que han dejado a cientos de personas damnificadas en los últimos 70 años. Entre las más catastróficas se recuerda la avalancha de junio de 1959, la creciente de 1987 y las ocurridas en la década del 90, que obligaron a reubicar a decenas de familias en un barrio de la comuna Ocho al que llamaron Nuevo Combeima.
1. Malla vial
La calle 11 entre carreras Primera y Segunda sur, frente a la institución educativa Nelsy García Ocampo, necesita pavimentación debido a que fue intervenida para el cambio de redes, pero a la fecha permanece deteriorada. Asimismo, la calle 12 con carrera Primera sur, donde está el semáforo, requiere el arreglo de varios huecos.
2. Medio Ambiente
El principal problema medioambiental de los habitantes del barrio tiene que ver con la contaminación del río Combeima, así como con las crecientes que ocasionan las temporadas de lluvias y los deslizamientos de tierra que se desprenden desde la parte alta por donde cruza la carrera Primera.
3. Seguridad
Los residentes han tenido que afrontar problemas de seguridad desde su fundación debido a la cercanía con otros sectores donde también hay delincuencia y microtráfico. A pesar de que han sido desmanteladas varias ‘ollas de vicio’, entre esas la que funciona hace más de 30 años en las escaleras de la calle 11 con carrera Primera, los ‘jíbaros’ vuelven a retomar el negocio cuyos principales clientes son los habitantes de calle del Centro de la ciudad.
4. Escenarios
Cuentan con una cancha multideportes que requiere mantenimiento en la actualidad y con una biblioteca que funciona en las instalaciones de lo que antes era el Cai de la Policía. Asimismo, hay un parque biosaludable y otros escenarios como la cancha de la institución educativa Nelsy Garcia Ocampo, sede Calixta Varón de Luna, o los que hay en barrios aledaños como Industrial y Baltazar.
5. Conectividad
Las personas que viven en este barrio pueden acceder a pie al Centro de la ciudad en un recorrido que no tarda más de cinco minutos. De igual forma, queda muy cerca a los barrios del suroccidente de Ibagué donde hay una gran oferta comercial y de servicios. En lo que se refiere a transporte público, por este sector cruzan varias rutas.
6. Actividad comercial
Hay tiendas, misceláneas, billares, una estación de servicio, un Gana Gana y algunas microempresas. De igual manera, queda cerca a la plaza de la 14 y al Terminal de Transportes y sus habitantes pueden acceder a la oferta comercial del Centro y Suroccidente de la ciudad.
Ficha técnica
Nombre: Combeima
Fundación: 1950
Comuna: Uno
Barrios aledaños: Baltazar, Industrial, Avenida, San José, Cerro Gordo y Yuldaima.
Rutas de transporte: 4/7, 17, 18, 23 y 28.
Datos
– Durante varias décadas, por este sector cruzó el total del tráfico vehicular que transitaba entre el Centro y el Suroccidente del país.
– Por el Combeima a diario transitan miles de vehículos entre el Centro y el Suroccidente de la ciudad.