El transporte público colectivo de Ibagué comenzó a funcionar en 1938 con un vehículo y un solo trayecto y en más de ocho décadas de operación, ha movilizado a millones de pasajeros por diferentes rutas que se han transformado con la expansión y nacimiento de nuevos barrios. Actualmente la ciudad se prepara para la implementación del Sistema Estratégico de Transporte Público, un proyecto que le permitirá a las empresas prestar un servicio moderno, seguro y oportuno.
Las primeras rutas
A finales de la década del 30, el servicio de transporte público colectivo de Ibagué comenzó a operar con un solo vehículo con capacidad para 28 pasajeros sentados en bancas de madera, el cual cubría la ruta entre el cementerio ubicado en la calle 21 y el barrio La Pola, subiendo por la carrera Tercera. Posteriormente, se implementaron otras dos rutas: Brisas – Belén – Alaska y Mirolindo – La Pola, operadas por dos empresas de transporte que tenían su sede en el centro de Ibagué.
Entre la década del 50 y el 60, cuando ya estaba funcionando la sede de la Universidad del Tolima en el barrio Santa Helena, los buses de la ruta Mirolindo – La Pola bajaban por la carrera Quinta e ingresaban hasta los galpones de la universidad, daban la vuelta en el conocido ‘muro de los lamentos’ y bajaba nuevamente para tomar la carrera Cuarta hasta Mirolindo. En esta ruta había un conductor al cual le decían ‘Mechas’, muy recordado por los estudiantes de esa época que usaban dicha ruta para ir a clases, esto debido a que cuando le gritaban su apodo, se enfurecía y los dejaba tirados sobre la carrera Cuarta.
Otro conductor que se hizo muy conocido en las primeras décadas de operación del transporte público colectivo de Ibagué fue don Justo Rozo, quien vivía en Belén y acostumbraba a saludar a todos los pasajeros que abordaban su bus de color azul y blanco, a los cuales deleitaba con la música clásica que les ponía durante el viaje. Gracias a su labor como transportador, sacó adelante a sus hijos, dos de los cuales asistieron a la Escuela Naval de Cartagena. Al igual que don Justo, otro de los conductores que se hizo célebre entre los usuarios de la ruta Brisas – Belén – Alaska fue alguien conocido como Benitin.
Nuevas empresas
Quince años después del nacimiento de las primeras dos rutas, se fundaron las empresas pioneras del transporte público colectivo en Ibagué. En diez años, entraron en operación cuatro compañías con sus flotas de vehículos. Inicialmente el señor Pedro Pablo Contreras Jiménez constituyó la cooperativa Velotax, que comenzó a funcionar el 13 de abril de 1953 y un tiempo después incursionó en el servicio intermunicipal, hasta la fecha.
Entre 1953 y 1955, nació la Flota Andrés López de Galarza (Logalarza), fundada por el empresario Luis Emilio Espitia Fierro y once transportadores más, la cual comenzó a operar con cinco buses de carrocería Blue Bird en las rutas Mirolindo- La Pola y Brisas- Belén y fue dirigida en sus primeros años por un gerente, acompañado de su secretaria y un cobrador.
Ocho años después, entre junio y julio de 1963, cuando en el pais habia una crisis del sector transportador, algunos propietarios de vehículos y sus respectivos conductores decidieron unirse en torno a una organización sin ánimo de lucro y fue así como surgió la Cooperativa de Transportadores del Servicio Urbano del Tolima (Cotrautol), gerenciada inicialmente por Alfonso Morales Moros y con Ituriel Gómez Aristizabal como primer presidente del Consejo de Administración. La operación de la compañía inició con 80 vehículos de 25 pasajeros cada uno, los cuales cubrían las rutas Plaza de Bolívar – Ambalá, Gaitán – Boquerón, Las Ferias – Ancón, entre otras.
Un año después, el 24 de septiembre de 1964, un grupo de veinte propietarios de taxis le dio vida a la Cooperativa Tolimense de Transportes (Cotoltran). La primera sede de esta empresa quedaba en la carrera Tercera con calle 10, a un lado de la plaza de Bolívar y su gerente era Efrain Rey Cefair. Comenzaron su actividad con veinte vehículos y en 1966, obtuvieron licencia para taxis colectivos y compraron camionetas Skoda que cubrían las rutas entre la plaza de Bolívar y los barrios del sur.
En 1973, el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte (Intra), autorizó la operación de busetas en Ibagué y se habilitan las rutas Carrera Cuarta Estadio y Gaitán, por lo que Cotoltran ingresa a prestar el servicio bajo esta modalidad. Seis años después, entraron en operación los buses y la empresa quedó clasificada en categoría A debido a que también comenzó a operar estos vehículos a la par de los taxis, microbuses y busetas, completando un parque automotor de 190 vehículos, hasta principios de los 80 cuando repusieron 96 microbuses por busetas para aumenta la capacidad. Asimismo, completaron once rutas en 1984 y en 1998, cambiaron su nombre por Expreso Ibagué.
El proyecto que nunca fue
En 1983, Ibagué tenía alrededor de 350 mil habitantes, la mitad de los cuales habitaban en dos zonas geográficamente opuestas como El Jordán y los barrios unidos del sur, por lo que era necesario adaptar el transporte público masivo a las necesidades de una población en crecimiento. Fue así como el Departamento Administrativo de Planeación de la Gobernación del Tolima propuso dos soluciones al problema del transporte masivo.
La primera consistía en la ‘Trolización de Ibagué’. Se trataba de la implementación de trolebuses (buses eléctricos conectados a una catenaria) y su financiación sería posible mediante el trueque de café con la Unión Soviética, país encargado de la fabricación de estos vehículos.
La segunda alternativa era la construcción de un premetro sobre superficie aprovechando la línea férrea a lo largo de la avenida Ferrocarril, con prolongación desde la calle 19 hasta Miramar. La segunda línea o ramal iría desde Versalles, bajando por la carrera Quinta hasta la sexta etapa del Jordán y la tercera desde Versalles hasta la estación del tren en Picaleña. Ninguno de los dos proyectos se ejecutó por falta de voluntad política.
Datos
Para 1980, el servicio de transporte público en Ibagué contaba con 223 buses, 122 busetas, y 64 microbuses que cubren 20 rutas, con recorridos de 10 y 20 kilómetros. Hacían recorridos circulares cuyo punto de encuentro era la plaza de Bolívar.
Con la implementación del Sistema Estratégico de Transporte Público, se intervendrán 22,3 kilómetros de carriles principales y se construirán 268 paraderos, nueve terminales, siete estaciones de integración, nueve patio-talleres y ciclo infraestructura.
Cifra
$466.573 millones de pesos, el presupuesto destinado para financiar el Sistema Estratégico de Transporte Público.