ADIÓS A LA MUSA DE INSPIRACIÓN

Foto: Suministrada

REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com 

El nombre de Adonay no solo marcó la historia musical de Colombia, en especial en la temporada decembrina, sino que dejó huellas imborrables en las personas que conocieron a la mujer que fue la musa de inspiración del maestro Julio Erazo Cuevas con su tema ‘Adonay’.

La tolimense falleció en la mañana del miércoles en la capital Musical debido a complicaciones de salud. 

Mientras en la sala de velación de La Verde Esperanza reposa el cuerpo de Adonai Ardila Urueña, una de sus hijas, Nohemy, recordó el día en que su madre le reveló que era la misma mujer de la que el músico Julio Erazo Cuevas, hablaba en su reconocida canción ‘Adonay’.

Aunque para muchos, Adonai se llevó a su tumba la respuesta de ¿Por qué te casaste Adonay?’; la hija tiene bien claro que fue porque sus abuelos no se lo permitieron.

“Mis abuelos eran muy estrictos, racistas y el sevillano que le compuso esa canción era de color oscuro y de la Costa, mis abuelos no lo aceptaron, ese fue el amor de su vida”, contó Nohemy Quijano Ardila.

Quijano Ardila no sabe cómo llegó la carta a manos del maestro. Adonai Ardila Urueña guardó como un tesoro el papel en el que deja en evidencia que su historia de amor imposible es la misma de la letra que compuso el cantautor colombiano. 

Adonai Ardilla Urueña falleció a sus 85 años de edad. El pasado sábado fue sometida a un procedimiento quirúrgico para dar solución a su hemicolectomía, pero este miércoles su corazón dejó de latir. 

En Santa Ana la recuerdan por su humildad, don de servicio y estaba vinculada a los diferentes grupos de la iglesia católica. Constantemente, se le veía en misa y los diferentes eventos religiosos que hacían en el barrio.

“Adonai era un ser de luz maravilloso, con un corazón noble y grande, hay un señor que la va a extrañar mucho, es como el ‘ñerito’ del barrio, pero ella le daba comida, le ayudaba a todo el mundo, todo el que necesitaba de ella, ella lo ayudaba”, comentó Nohemy Quijano Ardila. Hoy sus seres queridos y allegados se unirán en oración para darle el último adiós a las 9:30 de la mañana en la iglesia de Santa Ana.

DATO

Manuel Agustín Sevillano, oriundo de Tumaco habría sido el hombre que enamoró a la tolimense Adonai Ardila Urueña. Este escribió la carta que finalmente terminó en manos de Rodolfo Aicardi. 

La inspiración

En el 2017, Q’hubo dio a conocer la historia de Adonay, era real, tan real como el amor imposible que tuvo por la decisión de casarse con otro hombre por presión de su familia. 

Adonai Ardila Urueña nunca quiso contar a la luz pública que ella era la mujer de la que hablaba el maestro Erazo Cuevas, con recelo guardó su secreto; sin embargo, en una ocasión le contó a su hija Nohemy Quijano.

“Mis abuelos fueron muy dominantes, ellos no permitían que nadie se le acercara, ella contaba que con el primero que se le acercara se iba a casar, por eso se casó con mi papá. Él no supo, solo se enteró cuando hicieron la nota en el periódico”, señaló Quijano.

Para Nohemí, la canción Adonay inmortalizó el amor de su madre y sin duda alguna, cada vez que escuche en la radio el tema, recordará con más fuerza a su madre “inmortalizó su recuerdo, no es fácil olvidarla, siempre va a sonar cada fin de años, la canción de mi mamita”.

La historia

Eran los años 50 en Planadas, cuando Adonai tenía cerca de 25 años y conoció a un hombre de raza negra, soldado del Ejército Nacional, con quien inició una relación:

“Ella tuvo un novio que mis abuelos no querían, ellos siempre le prohibieron esa relación. Él le pidió a mi abuelo que los dejara casar y dijo que no. Además, lo humilló porque no era una persona ilustrada, era costeño y no era de tez blanca”. Con esta negativa, él viajó a Bogotá para iniciar estudios universitarios, pero antes, le pidió que lo esperara hasta que terminara su carrera, y ella accedió. Siempre estuvieron en contacto a través de poemas, detalles y cartas de amor:

“Mi mamá vivía muy aburrida porque mis abuelitos eran muy cansones, entonces conoció a mi papá, él le propuso matrimonio y ella se casó bajo presión”, resaltó Nohemy. Pasados algunos años, el enamorado regresó y se encontró con la triste realidad:

“Él decide ir a su ciudad natal, no sin antes dejarle una carta donde plasma la letra de la canción (‘Adonay’) que para sorpresa de ella, una década después, la escuchó en la radio”, explicó Fredy Quijano, uno de sus hijos.

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