RONAL RENGIFO ÁLVAREZ qhuboibague@gmail.com
El pasado 25 de mayo, Carlos Ernesto Leal celebró sus ‘Bodas de Oro’ con el ciclismo, la disciplina que desde muy joven lo enamoró. Eso sí, este cariño no lo llevó a montarse en una bicicleta, sino a un vehículo, con el objetivo de impartir justicia.
Cincuenta años de realizar un oficio no se cumplen todos los días. Eso lo lleva a sentirse muy orgulloso, toda vez que, al día de hoy, siempre se le ha reconocido por su ética intachable y correcto proceder en cada competencia a la que ha asistido.
“El deporte de la bicicleta me encantó desde muy joven, pero nunca me subí a una, ni siquiera para ser amateur. Mi primer curso lo hice con el comisario Guillermo Ceballos, y desde entonces siempre me he preparado para cumplir de la mejor manera con esta enorme responsabilidad”, sostuvo ‘Don Carlos’.
Y recordó que su primera gran prueba de fuego fue la Vuelta a Colombia de 1977, ganada por ‘El Niño de Cucaita’, Rafael Antonio Niño.
“Allí estuve como juez de cabina. Para esa época no se utilizaban las motos, como se hace ahora. Fue una gran experiencia, y desde entonces tuve la oportunidad de ser también juez en ciclomontañismo, BMX, atletismo, natación y patinaje”, refirió Leal.
Respecto a cuántas competencias acumula en su carrera, dijo que “no llevo la cuenta exacta. Es difícil hacerlo. He tenido el placer de estar en las más importantes del País, y me quedo con la satisfacción de siempre hacer cumplir las reglas, para que exista una competencia justa”.
Eso sí, reconoció que “me quedé con las ganas de estar en alguno de los Tour Colombia 2.1, ya que esas fueron competencias élite avaladas por la UCI, las cuales contaron con participantes de gran reconocimiento mundial”.
De su trabajo contó que “no se puede vivir. Es imposible. Todos los que ejercemos como jueces debemos tener una profesión alterna. En mi caso, estuve durante 25 años en la ya desaparecida Telecom.
Uno hace esto por apasionamiento, porque es un hobby que nos encanta. Obviamente pagan, y ahora lo hacen mejor que antes. Y otro factor importante es que las competencias cubren nuestro transporte, alimentación y hospedaje”.
Al consultarle esta redacción sobre la que para él es la carrera más atractiva del País, no dudó en decir que “el Clásico RCN. Me gusta mucho su organización, el trato que tienen con nosotros y sus trazados. Todos los eventos son muy buenos, pero este es especial”.
Precisamente, su mejor experiencia en este oficio está ligada a esta competencia, toda vez que “me permitió conocer lugares muy lindos. Creo que nunca olvidaré cuando estuve en la Guajira. Fue algo fantástico”.
Teniendo en cuenta su papel de veedores, reconoció que solo una vez un ciclista le quiso pegar, porque lo sancionó al realizar un corte luego de una caída que le haría perder los premios de la carrera.
“Me estaba buscando, y no era para darme saludos. Menos mal yo hablé con el comisario principal, se le explicó todo, charlaron con él, y la situación no pasó a mayores”, recordó con gracia.
En cuanto a pedalistas y su rendimiento, dijo que, en el ámbito local, su mayor admiración ha sido por “José Alirio Chizabas. En España fue muy destacado, y era un escalador nato”.
De Colombia, indicó que “el mejor es ‘Lucho’ Herrera, ya que fue el primero en hacer ganarle un prestigio a Colombia en el exterior”. Y en el campo internacional, contó que “como Miguel Induráin no hay ninguno. Era un camión para subir”.
Finalmente, Leal aseguró que “sé que muy pronto culminará mi carrera, porque uno debe abrirles paso a los jóvenes, ya que los años no vienen en vano. Como presidente del Colegio de Jueces de Ciclismo del Tolima me he sentido muy bien, apoyado por mis colegas y familiares, y la idea es seguir ligado a este lindo deporte hasta que Dios me lo permita”.