Norma Bejarano Psicóloga-Sexóloga.
A Matilde no le preocupa en absoluto que el escáner del aeropuerto detecte su juguete erótico, tiene 78 años y cuenta alegremente que lo disfruta como si tuviera, 78 años. Sí, es que a los 70s es posible tener mejores encuentros sexuales, a solas o en compañía, pues no hay mejor elixir de vida que combinar décadas, experiencias, tiempo y una visión menos conservadora para gozar genuinamente del sexo.
¡No es tarea de jóvenes!
Avanzar en edad no es necesariamente un factor que impida tener placer. Persisten mitos, pero han disminuido las miradas despreciativas hacia los osados confesores otoñales de las artes amatorias. A las alturas de la madurez algunas personas comprenden que con un cultivo propio del deseo y del placer, podrán cosechar las bondades de una buena sexualidad. Tanto, que algunos han alcanzado su pico de dicha cuando han echado en saco roto mensajes de necios que alguna vez les dijeron: “a su edad ya no se preocupe por eso, déjele esa tarea a los jóvenes”. Hoy por fortuna existen voces más devotas de los beneficios del ejercicio de la sexualidad en la tercera edad, que asesoran a las personas mayores para que su sexualidad siga siendo un aspecto positivo en su proceso de envejecimiento.
¡La sexualidad con buenos ojos!
La edad avanzada suele traer molestias o dolencias que pueden interrumpir la forma en la que funciona la excitación, o la capacidad física; esto hace que se puedan limitar ciertas posturas, o que incluso sea destronado el tan venerado coito de los años mozos. Sin embargo, muchos adultos mayores, ya no se frustran por ello, pues ven la sexualidad con buenos ojos. Gran número de personas a esta edad coinciden en que la conexión, la intimidad y la experiencia les permite saber qué funciona y que no, logrando adaptarse, así mantienen el entusiasmo y el deseo de disfrutarse la vida (sexual) con lo que trae. La sexualidad en la tercera edad es una expresión de vida y de amor por esta.
¡Hay muchas maneras de encontrar el disfrute sexual!
Dijo, Arthur Schopenhauer: “En la vejez no hay consuelo más hermoso que el de quien ha incorporado a toda la fuerza de su juventud unas obras, las cuales no envejecen”. Esto es, quienes durante su juventud acumularon buenas experiencias en su sexualidad seguramente su actitud sobre el sexo, a edad mayor, sea una obra flexible que congenie mejor con los cambios venideros. El buen sexo se debe a la ‘maestría’, y a la sabiduría; los “viejitos/as” en la cama, son el resultado de prácticas pasadas buenas, regulares, malas, que los construyeron sexualmente. Actualmente hay formas de encontrar el disfrute sexual, comenzando por el recurso humano y profesional en el área. Tecnologías médicas y científicas con medicamentos, lubricantes, juguetes sexuales, etcétera. La exploración de eróticas, y la adopción del erotismo que besa, abraza, frota, masajea, cuando hay algún impedimento físico o imposibilidad de penetrar. También la tonificación del imaginario erótico para mejorar la estimulación y más.
¡A los 70 años o más, el sexo es importante!
Escribió Fernando Pessoa, que llega un momento de hacer la travesía, y si nos osamos emprenderla, nos quedaremos a nuestro propio margen. La tercera edad, es el tiempo de la “sinvergüenza”, de la frescura, pues se comprende (es lo esperado), que el sexo no tiene objetivos reinantes como penetrar ni orgasmar, a los 70s las sesiones de sexo encuentran el sentido, pueden terminar entre orgasmos, y si no llegan, entonces quedan la risa, la felicidad de que el otro exista, y una buena conversación.
