REDACCIÓN Q’HUBO/qhuboibague@gmail.com
Viviana Gómez, una joven ibaguereña que se dejó tentar por los anuncios virtuales que prometían buenos ingresos económicos, decidió agendar una cita en un estudio web cam ubicado en el barrio Parrales y trabajar allí unos días. Según su versión, vivió una amarga experiencia.
“Empecé a revisar en las redes sociales los estudios que estaban reclutando chicas y empecé a enviar mensajes a través del enlace de Whatsapp, empecé a indagar. En unos, lo primero que me preguntaban era la edad. Yo tengo 28 años y en varios me dijeron de una manera no tan amable que no servía, que recibían chicas hasta los 26 años”, dijo la joven, madre soltera y quien veía en el modelaje web cam una “esperanza” de brindarle una mejor calidad de vida a su niño.
“Para nadie es un secreto que todo está caro. Quiero estudiar y brindarle mejores oportunidades a mi familia, también quiero ayudar a mis padres”, señaló.
Siguiendo con su experiencia, señaló que logró agendar una cita en el estudio donde trabajó una semana.
¿Publicidad engañosa?
“En la publicidad prometen capacitación, acompañamiento, dicen que la experiencia no es importante, pero eso es mentira. La entrevista duró unos 10 minutos, al día siguiente me hicieron un estudio fotográfico con lencería y semi desnuda. Me grabaron un video mostrando los senos. Lo más preocupante es que ellos se quedaron con ese material. Ellos nunca te muestran las fotos ni te informan cuáles van a publicar y al final dicen que el material es de ellos”, indicó.
Relató que recibió un trato hostil de la propietaria del estudio quien aseguraba que el trabajo era de ventas, que había que venderse a través de la pantalla.
“No hubo capacitación. Para ellos lo importante es que la modelo haga muchos privados porque ellos se quedan con la mitad de lo que uno hace. Uno tenía que estar ocho horas frente a la cámara, encerrada en una habitación, le decomisan el celular y en ocasiones se molestaban porque uno pedía permiso para ir al baño. Todo el tiempo ellos te están observando”, dijo.
Para completar, al terminar la jornada, Viviana debía hacerle aseo ( barrer, trapear y limpiar) la habitación. “Asistí una semana y no me pagaron nada porque supuestamente el poco dinero que obtuve lo cogieron en contraprestación del estudio fotográfico. Se supone que si es una empresa seria debería haber una persona encargada del aseo. Mi mensaje es para que las mujeres no pierdan el tiempo yendo a estos sitios. No sé qué hacen con las fotos y los videos, no sé dónde los publicarán”, puntualizó.
Ellos se quedan con las fotos y videos. Eso es lo que más preocupa”.
Viviana Gómez.