REDACCIÓN Q’HUBO/qhuboibague@gmail.com
Los puentes sobre el canal colector de aguas lluvia, que funciona como división entre la carrera Quinta en el Jordán y la paralela, se han convertido en el refugio de algunos habitantes de calle que pernoctan debajo de ellos. A menos que el clima se torne lluvioso, en cuyo caso deben buscar otro lugar para guarecerse. Uno de estos habitantes itinerantes es don Jaime Saavedra.
En compañía de caninas
Visiblemente debilitado, al parecer por la falta de alimento, don Jaime, un adulto mayor que ha hecho del puente que une la ‘Quinta’ con la paralela, sobre la calle 79, su techo, cuenta que el consumo de estupefacientes lo llevó a ese estado. Su única compañía son dos perritas que sí reciben comida, y permanecen a su lado: Sasha y Chiquita.
El habitante de calle no logra recordar muy bien en qué sector vive su familia, pero sí recuerda el nombre de la hermana que le queda viva: Amparo. Su hermano ya falleció. Dice que a veces tiene contacto con sus familiares, y ha recibido algunas ayudas, pero no le ha sido posible abandonar su estado.
No son muchas las palabras que articula, pero relata que algunas veces le han ofrecido comida, ropa y la opción de irse a vivir a un hogar de paso. Sin embargo, cuando se le pregunta por qué no ha accedido a una de estas oportunidades, su respuesta es tajante: “Por las perras”. Al parecer, las peluditas no son admitidas junto con él, y se niega a desprenderse de sus fieles compañeras. El adulto mayor dispone algunas telas como cortinas, mientras aguarda el paso del tiempo en el canal, pues asegura que antes salía con frecuencia a reciclar, pero dejó de hacerlo por la pandemia. Jaime finalmente asegura que si se solucionara el problema de las perritas, accedería a vivir en un hogar de paso, pues la vida en un canal de aguas lluvia no es nada fácil.
Dato
65 años de edad tiene Jaime Saavedra.