El sábado 2 de octubre se registraron tiroteos en el barrio Villa Prado, en la comuna Nueve. En el intercambio de balas, resultó herido un joven, al parecer perteneciente a una de las bandas de microtráfico que operan en estos sectores, y que están divididas en grupos u ‘ollas’. Situaciones como esta, son recurrentes en Villa Prado y sectores aledaños, donde la comunidad convive con la amenaza que representa el hecho de que grupos delincuenciales impongan su ‘gobierno’.
Tensa calma
Después de registrarse un herido, producto de los enfrentamientos entre ollas de Villa Prado y Milagro de Dios, sectores aledaños al Coiba de Picaleña, se vive una tensa calma, pero las comunidades de estos barrios que se levantaron como invasiones, saben que el tema siempre ‘está caliente’ y que sustancias como marihuana y bazuco siguen comercializándose en varias viviendas del lugar.
Según le contaron a Q’Hubo habitantes de Villa Prado, aunque por estos días, posteriores al tiroteo, no se observa a jíbaros vigilando las esquinas, la droga sigue expendiéndose en lugares que todo el mundo conoce, pero que nadie se atreve a denunciar, pues aseguran que de hacerlo, tarde o temprano los integrantes de las bandas han de conocer la identidad del denunciante y vendrán las amenazas.
Bandas múltiples
A esto se suma el hecho de que existen otras bandas en sectores como Las Américas, Villas de Gualará y Los Tunjos, que rivalizan con los ‘parches’ de los barrios vecinos al Coiba, en los que más de una veintena de jóvenes ejercen el expendio de alucinógenos con la complicidad o la participación de familiares.
“Son varias ollas, pero las mismas personas las manejan. Aquí en Villa Prado hay tres, pero se reparten el territorio e intercambian los días de turno”, explicó una persona residente en el barrio, quien pidió mantener su identidad en reserva y agregó que las cosas se salen de control cuando ollas de una misma banda se saltan las ‘reglas’ y ocurren situaciones como la del sábado, en la que uno de los jíbaros salió herido.
Nadie se salva
Como si esto fuera poco, los hurtos a comerciantes, residentes y transeúntes están a la orden del día: robos a residencias, de tejas de zinc, de cables de luz e internet para sacar el cobre y vender por chatarra. Armas de fuego, y de uso privativo de las fuerzas del Estado entran como si nada a Villa Prado y Milagro de Dios. Repartidores que abastecen a los negocios y tenderos son intimidados y asaltados, e incluso personas que van a visitar a sus familiares en el sector, son amenazadas, pues los delincuentes sospechan de cualquiera. Temen que puedan ser policías infiltrados. Transitar por las calles de Villa Prado en las noches es exponerse a ser atracado con machetes o armas de fuego.
Invitan a denunciar
La comunidad ha dialogado con las autoridades. Se hacen visitas, rondas y eventualmente se realizan algunos operativos y allanamientos, pero eso solo calma los ánimos temporalmente. Por eso, incluso instalaron pendones, invitando a los mismos residentes a denunciar. Se ubicaron cinco, de los cuales ya desaparecieron dos. Al parecer, han surtido efecto y se ha llamado al cuadrante con más frecuencia.
Según manifestaron habitantes del sector, detrás de varias invasiones en barrios de las comunas Siete, Ocho y Nueve estarían integrantes de estas bandas, interesados en hacerse con los lotes, para posteriormente utilizarlos para sus actividades ilícitas.
Las manzanas F, G, H e I son las que presentan mayor incidencia frente al accionar de estas bandas.