Celestino Feria, un adulto mayor que reside en la carrera Décima, número 1 – 07, en el barrio Augusto E. Medina, de Ibagué, asegura que no puede vivir tranquilo ya que por un daño de alcantarillado, que lleva años, su vivienda estaría en riesgo de colapsar.
Y es que según la comunidad, la red de alcantarillado del sector colapsó hace mucho tiempo y por eso, las aguas negras fluyen por debajo de las viviendas, en especial, por debajo de la de don Celestino.
En la parte de atrás de la construcción, se observa una enorme cueva de aguas negras. “Es obvio que la humedad va afectando el cimiento de las viviendas y cuando llueve, quedamos encima de un ‘río’. No solo mi casa es la afectada, son muchas. La solución es que el Ibal cambie la red de alcantarillado y le busque otra salida a las aguas negras porque de la caja que había detrás de mi casa ya no queda nada”, dijo el ciudadano, quien trata de cubrir la cueva de aguas negras con guaduas y tejas de zinc. La intención es mitigar un poco los malos olores, para que los vecinos de la parte de atrás no sufran tanto.
Mayerly Ortiz, otra de las afectadas, agregó que a ella le tocó construir un muro pequeño en la parte de atrás de su casa porque cuando llovía, las aguas negras y lluvias la inundaban.
“Con eso, mitigue un poco el problema, pero cuando hace sol, el mal olor nadie lo puede detener. Hace unos días, en medio de un aguacero, dos casas resultaron afectadas. La fuerza del agua tumbó la pared de una vivienda y el baño de otra. Acá han venido hasta gobernadores, pero ninguno ha dado solución. De otra parte, la factura del Ibal llega cada mes y nos cobran alcantarillado”, puntualizó la mujer.