En el sector de El Claret está ubicada la tienda de María Sarmiento, quien luego de 20 años de administrar su negocio, resalta que su vocación de servicio a la comunidad ha sido el factor que le ha garantizado la fidelidad de su clientela que ya le tiene depositada toda su confianza.
‘Mis ojitos verdes’
Estar al frente de una tienda de barrio no es una labor fácil, principalmente por los horarios que suelen manejar los comerciantes. Doña María cuenta que suele abrir su negocio a las 6:00 a.m. y cierra alrededor de las 10:00 p.m. “Incluso muchas veces me quedo hasta las 11 p.m., porque las personas ya saben que espero un poco más, por si necesitan algo. A veces ya he cerrado y vienen a golpear a la puerta porque necesitan algo de urgencia, y yo los atiendo”, relata la tendera.
Su negocio se llama Tienda ‘Mis Ojitos Verdes’, atributo físico propio que quiso resaltar, y que quizás hace juego con la amabilidad que la caracteriza a la hora de despachar los productos básicos que vecinos del sector vienen a adquirir a diario a su negocio.
Perseverancia y reinvención
Además de las extenuantes jornadas, la comerciante ha tenido que afrontar otros retos. El más complejo de todos ha sido la crisis económica ocasionada por la pandemia, que bajó considerablemente las ventas. Otra dificultad que ha observado es la competencia con precios bajos, que muchas veces lleva a clientes a adquirir ciertos productos en otros lugares.
Sin embargo, su perseverancia y el anhelo de adquirir una vivienda propia la han mantenido firme, atendiendo cada día la tienda por la que ya es reconocida en el sector. Otro factor que le ha garantizado la continuidad a ‘Mis Ojitos Verdes’ ha sido la modalidad de domicilios, a través de celular y Whatsapp. “Las ventas se han movido bien por ahí. Me llaman y yo atiendo por ese medio”, asegura doña María.
