Los colombianos aún no figuran

EFE.  El durísimo Picón Blanco decepcionó como la esperada primera cita clave de la Vuelta 2021, pero aun así destapó fortalezas y debilidades de un grupo de favoritos en el que el Movistar fue la cara y el campeón olímpico ecuatoriano Richard Carapaz la cruz.

Fue una subida a la expectativa, insulsa, en la que hasta el kilómetro final poco más pasó que la insistencia de Rein Taaramae por hacer justicia a una carrera meritoria.

Si acaso un primer síntoma de debilidad de Carapaz, cortado solo con el ritmo de los primeros y recuperado poco después.

La razón a tanto aburrimiento la dio Mikel Landa en meta: «hubiera sido casi un suicidio atacar con el viento de cara que pegaba».

En los últimos metros se animó Alejandro Valverde, como en sus mejores días, le recogió el testigo Enric Mas y hasta apareció Miguel Ángel López, quizás incluso demasiado, para coger la rueda de su compañero y también jefe de filas del equipo telefónico.

Con ese arreón del ‘Bala’ cedió definitivamente la ‘Locomotora de Carchi’, que pareció pagar los esfuerzos del Tour de Francia, en el que subió al podio final, y los Juegos de Tokio 2020, en los que se colgó un impresionante oro.

Junto al ‘tridente’ azul llegaron, escondidos en el grupo de ocho elegidos, el resto de grandes candidatos. Por este orden, Primoz Roglic, líder los dos primeros días y gran favorito, Mikel Landa y Egan Bernal. También Adam Yates y Giulio Ciccone, ahora ‘outsiders’.

Aunque Roglic sin compañeros de equipo y con Sepp Kuss -su lugarteniente- perdiendo dos minutos; y Bernal desaparecido toda la subida y dejando la sensación de que el verdaderamente fuerte del poderoso Ineos es Yates, que ha tenido toda la temporada para preparar la carrera.

Mejores sensaciones emitió Mikel Landa, el mayor damnificado de la crono del primer día y hoy con los mejores, que -dijo- era lo que buscaba para coger confianza de cara a lo que queda de una carrera en la que espera ir a más.

El Bahrain, al menos, cogió la responsabilidad en el grupo en tramos de la subida. Aunque, como Roglic, Landa llegó sin compañeros de equipo, Gino Mader, Mark Padun, Damiano Caruso y Wouter Poels entraron unos segundos después.

También cedieron tiempo corredores con los que se contaba en la pomada como Hugh Carthy, Romain Bardet y Alexandr Vlasov, estos dos después de fortalecer su candidatura en la crono inicial del sábado. No fue mucho, apenas 21 segundos (24 respecto a Mas), pero tampoco poco tratándose de un arreón de Valverde en el último kilómetro.

Un síntoma de debilidad, como la que mostró Carapaz, en contraposición a la solidez de Movistar. El equipo que sale fortalecido de un Picón Blanco que prometía mucho más que lo que finalmente ofreció.

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