Junio para los tolimenses de pura cepa es sinónimo de fiestas, de tradiciones culturales y gastronómicas; un legado que a pesar de los cambios que ha generado la pandemia del Covid-19, muchas familias siguen celebrando desde el seno de su hogar.
Q’HUBO dialogó con Deyanira Pérez, una tolimense de corazón que lleva el folclor y las tradiciones regionales en su sangre y que ha luchado por mantener este legado vivo en las nuevas generaciones de su familia, así como a ella se lo inculcaron sus ancestros.
Amor por la región
Con nostalgia Deyanira recuerda esos años en donde San Juan y San Pedro eran una sola fiesta, fechas en las que a pesar de las arduas jornadas que tenía como bailarina de los grupos de la tercera edad, se disfrutaba y gozaba cada minuto. “Nosotros nos preparábamos por varios meses, para poder participar en el desfile de San Juan, era una alegría total poder estar viviendo las costumbres de la región, pero, por la pandemia tuvimos que colgar nuestros trajes, sabemos que debemos cuidarnos, pero es triste, personalmente creo que desde la Administración se deben implementar estrategias que incentiven el amor por nuestras tradiciones, así sea desde los hogares” manifestó Deyanira, quien durante 18 años participó en los desfiles de San Juan como bailarina.
Una tradición heredada
Al preguntarle por su amor por las tradiciones Deyanira relató que son costumbres que le inculcaron sus abuelos, quienes celebraban las fiestas de San Juan y San Pedro. “En la casa de mis abuelos esos días eran días de fiestas, mi abuela preparaba todas las comidas típicas, además de bebidas artesanales, se vestían con lindos trajes, al igual que mi abuelo, ellos se encargaban de la música, la cual no faltaba, con guitarras, tambores y otros instrumentos que ellos mismos elaboraban, desde ahí se nos inculcó esa tradición de valorar y amar nuestra cultura ibaguereña y tolimense” relató Deyanira, quien ahora en medio de la pandemia, con sus trajes colgados y valiéndose de los recuerdos inculca a su nieto la importancia de celebrar la tradición cultural.
En el hogar de la mujer, ella junto a su hija organizaron un pequeño stand, para conmemorar de forma simbólica esta tradición y no permitir que la pandemia haga olvidar las tradiciones tolimenses.
Tuvo que colgar sus trajes
En el 2003 Deyanira decidió incursionar en los grupos folclóricos de la ciudad, desde ese año y hasta el 2019 participó como bailarina en los desfiles de San Juan, fechas en las que realizaba todo el recorrido de los desfiles junto a sus compañeros de la tercera edad danzando por las calles de ‘La Musical’. En medio de la nostalgia Deyanira afirmó “Desde muy temprano estábamos en el Hotel Casa Morales, después iniciaba el desfile y terminábamos tipo 2 o 3 de la tarde, eran jornadas agotadoras, pero muy alegres. Nos sentíamos vivos, ensayábamos para prepararnos y eso lo disfrutamos. Yo llevo ya casi dos años con mis ocho trajes colgados, porque aparte del Festival Folclórico, nosotros íbamos a otras regiones, nos invitaban para presentar nuestras coreografías, pero por esta situación, esa realidad tuvo que cambiar y todos tuvimos que acoplarnos a esta nueva normalidad”.
Por otro lado, aseguró que ella y sus compañeros extrañan este tipo de actividades y aunque realizan ensayos esporádicos, según ella estos ya no tienen un fin, sino sólo lo hacen por recrearse o ejercitarse, razón por la que espera que las festividades se puedan celebrar en noviembre y ella, y su familia puedan volver a vestirse de traje típico y vivir el folclor en todo su esplendor.
Más compromiso
Según la bailarina en la región hace falta un poco de compromiso con las tradiciones y relató que a su parecer, se debió implementar estrategias que permitieran celebrar el folclor desde los hogares, por ejemplo realizando stands o decorando algunas vías principales de la ciudad, para resaltar esas tradiciones que representan al pueblo Pijao.
“Sabemos que no estamos para celebrar, pero es importante mantener la cultura e incentivar a las nuevas generaciones a que amen estas tradiciones como lo hacemos nosotros, es nuestro legado regional y no podemos dejar que se olvide” concluyó la mujer, quien se siente orgullosa de ser tolimense.
Cifra: 2003 Deyanira incursionó en los grupos folclóricos de la ciudad.
Dato: Deyanira inculca a su nieto el amor por las tradiciones regionales y a pesar de la pandemia en su casa se vivió un ‘mini San Juan’.