IBAGUÉ. En una estribación de los cerros noroccidentales, se ubica el barrio 7 de Agosto, uno de los sectores más populares de la Comuna Dos de Ibagué, que hoy está de fiesta por la celebración de la Batalla de Boyacá, ejecutada en la misma fecha, por la que lleva su nombre.De acuerdo con los primeros habitantes del sector, el nombre del barrio corresponde a la cercanía que tienen con el 20 de Julio, y el honor que quisieron hacerle a los próceres de la libertad de Colombia en su lucha en Boyacá.
Con 46 años de existencia, el 7 de Agosto ha tenido su desarrollo a través del tiempo, acompañado de la dedicación de su gente que cada día se esmera por sacarlo adelante, haciéndolo amañador y cordial para propios y visitantes.
“La gente es amable y servicial, tratamos de ser solidarios porque los que vivimos aquí hace mucho tiempo nos conocemos”, señaló Margarita Betancour, presidenta de la Junta de Acción Comunal.
Como en todas partes hay historia, y en esta zona donde las calles son empinadas y conducen todas hacia la montaña, hay relatos y cuentos por conocer.
Marco Tulio Cifuentes, Teresa Olarte y Ana Isabel García, hicieron remembranza y contaron sus inicios en el sector, cuando aún no había agua ni luz.
Historia
Hoy 7 de agosto se celebra La Batalla de Boyacá, la lucha decisiva para garantizar el éxito de la Campaña Libertadora de Nueva Granada. El hecho tuvo lugar en el cruce del río Teatinos, en inmediaciones de la ciudad de Tunja en el año de 1819.
La batalla fue la culminación de 77 días de la campaña iniciada desde Venezuela por Simón Bolívar para liberar el Virreinato de Nueva Granada, hoy República de Colombia.
Celebrando la tradición
Como es costumbre cada año, la comunidad del 7 de Agosto celebra su fiesta: Alboradas, papayera y actos culturales hacen parte del programa que grandes y chicos disfrutan.
“Esta fecha es muy importante para la comunidad. Cada año nos ponemos de acuerdo, pero en este aniversario no organizamos nada porque estamos remodelando la caseta comunal, y este es lugar donde se lleva a cabo el programa”, señaló la presidenta Margarita.
Aunque no haya ‘alboroto’ por las calles, cada uno de los habitantes hará la fiesta a su manera, y una de las opciones es izar el tricolor en puertas y balcones haciendo sentir como suyos la famosa Batalla de Boyacá, celebrada en 1819 para hacer independiente a Colombia.
Más cerca de las estrellas
Unos metros más alto que el resto de Ibagué, vive gran parte de la población del 7 de Agosto, debido a la inclinación que ofrece la montaña donde se ubica el sector.
Con sólo subir unos escalones el visitante puede apreciar un ‘cuadro viviente’ de la panorámica de la ciudad. ‘En vivo y en directo’ se observan los vehículos, los estudiantes de las universidades cercanas, el cerro Pan de Azúcar, clínicas, y todo lo que encierra la capital tolimense.
“Llevo más de 20 años viviendo acá y me ha parecido muy bueno por el clima y la tranquilidad en cuanto a bulla, aunque sentimos temor cuando llueve porque la casa queda en el cerro y se puede caer”, señaló Laura María Arias, unas de las habitantes.
El barrio se divide en dos sectores, uno es la parte baja, y el otro lo han denominado parte alta. A este último lo caracterizan las gradas de acceso y las terrazas que han hecho los propietarios para transitar sin inconvenientes por la cuesta.
“Se construyeron escalones para subir, y queremos tenerlos al día para que no se debiliten y sigan prestando el servicio a la comunidad”, recalcó la líder Betancour.
Historias de los abuelos
Todos los abuelos coinciden en que la zona era un rastrojo, y que pese a la dificultad que tenían para edificar sus viviendas, vieron en el sector la posibilidad de surgir y criar a sus familias.
“Esto era lleno de maleza, eran poquitas las casas en la montaña y el resto era monte. Un señor me vendió el lote y yo se lo pagué con los ahorros que tenía, luego de trabajar con el Ejército”, aclaró Marco Tulio Cifuentes, con 87 años de edad, y el artífice de la consecución de la personería jurídica del barrio.
Por su parte Teresa Olarte, con 92 años, narró que junto a su esposo eligieron una de las esquinas de la parte baja para vivir cómodos el resto de sus vidas, y ser de esta manera testigos de la evolución del sector.
“Recuerdo muchos árboles, y hacía mucho frío. Ahora si se ve vida, antes era bastante desocupado y nos acostábamos temprano porque no había luz”, agregó la abuela Teresa, sentada en la puerta de su casa tomando el sol.
Por otra parte, y con perspectiva de líder, Ana Isabel García, puntualizó que el barrio en la actualidad cuenta con buenos servicios, y gracias a las gestiones de los representantes barriales, el 7 de Agosto es distinguido en la ciudad.
En cifras: 1200 familias viven en el 7 de Agosto.
FLORA CLARENA LUNA RAMOS