5 horas con los enemigos

Ana Piedad Díaz, de 69 años de edad, es otra adulta mayor que fue víctima de los ladrones en Ibagué. Dos hombres la abordaron en la carrera Quinta con calle 42, cuando salía de comprar un medicamento en una droguería del sector. 

Según contó, su amarga experiencia inició cuando un hombre gordo, bajito y de apariencia campesina la agarró del codo y le advirtió sobre un hueco que había en la calle para que no se fuera a caer. El desconocido aprovechó y le preguntó si sabía dónde quedaba la oficina de un abogado, del cual ella ya no recuerda el nombre. 

Una cuadra más adelante, apareció otro sujeto. Se les acercó y les aseguró que se había ganado la lotería, pero como no tenía cédula, necesitaba una persona seria, como doña Ana, para que cobrara el dinero. Le prometió una recompensa por el favor, una buena cantidad de plata. 

Plan de cinco horas

Como si se conocieran de toda la vida, lograron que la señora Ana los acompañara a una panadería y a un punto de giros, entre otros establecimientos. La víctima estuvo con ellos desde las 10 de la mañana hasta las 3 de la tarde, hora en la cual reaccionó y se percató de que la habían robado. 

“Recuerdo que supuestamente debíamos ir a una notaría, pero como ya era mediodía, me convencieron para que vinieramos a la casa, en el Jordán. Acá almorzaron y les entregué 12 millones de pesos en efectivo, lo que habíamos ahorrado para irnos de viaje con mis hijos y nietos, la plata de unos arriendos y mis joyas. Solo la cadena valía seis millones de pesos”, recordó la víctima. 

Entregó el bolso 

Doña Ana dijo que hay detalles de ese día que no recuerda, como el momento en el que les entregó el bolso con el dinero, joyas, documentos personales, llaves de la casa, entre otros elementos. Luego salieron de la casa para gestionar el supuesto poder en la notaría. 

Cuando la adulta mayor fue consciente del robo, estaba a unas cuadras de su casa y los hombres habían desaparecido. 

Aseguró que le tuvieron que dar una sustancia para que cayera tan fácil en el perverso plan. 

Esa noche tuvo mucha sed y desde aquel día, no sale sola a la calle y desconfía de todo el mundo. Espera que sus victimarios caigan y no sigan haciendo de las suyas en la ciudad. 

Este es el cuarto caso que Q’HUBO ha divulgado en el que adultas mayores han sido blanco de los delincuentes. Al parecer se trataría de una banda porque operan siempre de la misma manera:

-Son dos hombres de distintas edades y con distintos roles. Uno aparece primero y luego el otro. Siempre le piden a la víctima que los acompañe a reclamar un falso premio de lotería.

-Al parecer usan sustancias como escopolamina para dominar a sus víctimas e instarlas a que entreguen dinero en efectivo y objetos de valor.

-La mayoría de los casos se han registrado en zona céntrica de la ciudad. 

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