REDACCIÓN Q’HUBO- qhuboibague@gmail.com
Desde muy pequeño, David Céspedes García se destacó por su capacidad de ayuda y colaboración. Esa cualidad, altruista, lo llevó a la Policía, institución en la que permaneció 20 años. Hace dos meses solicitó la asignación de retiro, pero junto con su esposa, una estudiante de psicología, desean seguir ayudando. La misión es crear una fundación enfocada en la prevención de consumo de alucinógenos y las autolesiones.
El exintendente recordó que creció en el barrio Las Delicias de ‘La Musical’ y aunque hace 30 años el sector también era “complicado”, gracias a los valores que sus padres le inculcaron a él y a sus cuatro hermanos, nunca se desvió del camino.
“La primaria la cursé en la escuelita del barrio y recuerdo que siempre quería ayudar a los demás niños y a la comunidad en general. Con la profesora, cada semana recolectábamos un mercado y lo entregábamos a una familia que lo necesitara. La secundaria la cursé en el Casd y fue igual, siempre pensaba primero en los demás. Me gané el cariño de los docentes y de los compañeros”, recordó.
Cuando obtuvo el título de bachiller, por voluntad propia, se inscribió para pagar el servicio militar en la Policía y lo asignaron a la Gobernación del Tolima. Allí obtuvo su primera conmemoración porque un domingo, día de descanso, decidió pintar su puesto de trabajo.
“El Gobernador de turno llegó ese día y me pilló trabajando. Me felicitó y días después me condecoró por eso. Según él, vio mi vocación y compromiso”, afirmó.
Antes de terminar el servicio militar radicó papeles para ser Policía y fue elegido. En esa época el curso costaba unos tres millones de pesos y un tío le regaló dos.
Una vez se graduó de la Escuela Gabriel González del Espinal, lo designaron para Caquetá. Cuando llevaba seis meses de servicio, dos de sus compañeros fueron asesinados en Florencia. A pesar de todo, no tiró la toalla. Después de ocho años de estar en tierras lejanas, regresó a ‘La Musical’.
“Allá empecé el trabajo comunitario y acá seguí en lo mismo: sancochos comunitarios, frente de seguridad comunitarios, espacios pedagógicos, redes de apoyo y solidaridad”, expresó.
Encontró su misión
Entre una larga lista de logros, Céspedes será recordado por traer a Ibagué los reconocidos pesebres móviles, que en diciembre recorren los barrios y envían un mensaje para prevenir el consumo de sustancias alucinógenas. Asimismo, durante varios años creó redes de solidaridad, donde empresarios donaban más de mil detalles y cenas navideñas para alegrarle la Navidad a familias de escasos recursos. Aunque vivió 20 años enamorado de su institución, considera que ya es hora de dedicarle tiempo a su esposa, y sus hijos: una niña de 12 años y un niño de tres. “Todo lo que hice lo hice con mucho amor y dedicación, pero también uno tiene su familia, que a veces es la que se sacrifica. Gracias a la Policía, en Caquetá conocí a mi esposa (…) descubrí que mi misión es contribuir a que muchos niños y jóvenes no caigan en el mundo de las drogas y eso seguiré aportando a la sociedad”, concluyó.
Una hoja de vida impecable
Como integrante del Grupo de Prevención y Educación Ciudadana de la Policía, el intendente David Céspedes García obtuvo 14 condecoraciones y 124 felicitaciones especiales. Se destacó por ser un líder social y comunitario, siendo un ejemplo para sus compañeros, familia y comunidad en general. De igual forma, mediante campañas educativas en centros comerciales, empresas, universidades, el Sena, instituciones educativas, barrios, espacios pedagógicos y algunas emisoras de la ciudad, les dio a conocer a la comunidad intervenida la clasificación de las drogas, ruta de atención, cómo identificar un posible consumó y recalcó el fortalecimiento del ámbito espiritual y la importancia de utilizar el comedor en familia, ver televisión en familia, así como controlar el uso del Internet y del celular.