En los primeros 18 días de diciembre 2.397 migrantes venezolanos se contabilizaron caminando en la ruta Cúcuta-Bucaramanga con destino al interior de Colombia. Esta es la cifra que maneja la Secretaría de Fronteras de Norte de Santander.
Solo esta semana 833 migrantes fueron registrados en los centros de monitoreo de Los Acacios-Pamplona. Sin embargo, hay algunos que evaden estos espacios de monitoreo y solo el pasado jueves se contaron 1.000 en carretera, desde Cúcuta hasta la entrada de Pamplona.
Según el reporte de la Secretaría de Frontera, en los últimos tres meses han contabilizado 14.000 caminantes.
Las condiciones de vulnerabilidad en las cuales llegan estas personas son cada vez más críticas.
“Yo me vine de Venezuela porque la situación cada vez está más difícil y mis dos hermanos me dijeron que nos viniéramos. Yo tengo dos niños y por ellos decidí salir, el miedo a no tener qué darles de comer me hizo salir”, dijo Yarelis del Carmen Suárez, quien pasó por la trocha La Marranera con su familia pagando 100.000 pesos por los 5.
A menos de 50 metros detrás de Yarelis caminaba otra familia del estado Falcón al occidente venezolano. Marcos Ruiz y su esposa caminaban hacia Soacha donde su hija mayor ya tiene dos años viviendo. “Venimos a pasar las navidades, pero creo que nos vamos a quedar porque allá (en Venezuela) comer tres veces al día es un lujo”, señaló.
Esta historia se repite a lo largo del recorrido de la vía Cúcuta-Bucaramanga y según las estimaciones hechas por Migración Colombia se espera que unos 300.000 venezolanos ingresen en los primeros tres meses del 2021.
El Gerente de Frontera de la Presidencia de la República, Lucas Gómez, sostuvo que en las últimas semanas se ha visto un incremento de caminantes en esta ruta que lleva hacia el interior del país, sobre todo a regiones como Bogotá, Cali y Medellín.
“Hemos dispuesto una ruta coordinada con la cooperación internacional, con la Gobernación de Norte de Santander y las alcaldías en donde estamos buscando brindar apoyos. Por eso se tienen diferentes puntos de asistencia en Los Patios, en la Don Juana, en Bochalema, en la entrada de Pamplona, en Silos; pero la idea es complementar esta asistencia para brindar una mejor acompañamiento a los caminantes en la ruta”, precisó.
El Secretario de Fronteras de Norte de Santander, Víctor Bautista, dijo: “Estamos en medio de una crisis migratoria en cifras desbordantes…Esta es la crisis migratoria más compleja del mundo en cuanto a complejidad humanitaria y la segunda más crítica en cifras”.
La crisis sanitaria generada por la COVID-19 golpeó a la población migrante empeorando sus fuentes de ingreso: 9 de cada 10 venezolanos residentes en el país, Perú, Ecuador y Chile declaró que sus ingresos disminuyeron, según el ABC de la integración económica.
El retorno de migrantes hacia Venezuela tras este contexto alcanzó cifras de 134.000 personas. Sin embargo, desde mediados de año la dinámica migratoria comenzó a cambiar y los venezolanos que habían abandonado el país comienzaron a regresar y esta vez en compañía de, al menos, una persona más.
Según Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia, la preocupación es que quienes están llegando lo están haciendo por los pasos ilegales. La cifra, que da cuenta que son cerca de 200 registros irregulares diarios.
Retorno y causas
El estado colombiano se estaba preparando para esta situación de reingreso de los migrantes al país. Así lo afirmó Lucas Gómez quien precisó que esta atención se está coordinando desde una visión integral con las entidades territoriales y la cooperación internacional.
Este incremento de caminantes ya estaba previsto desde hacía unas semanas atrás, según manifiestan las autoridades. “Creemos que con el hecho de pasar el proceso electoral en Venezuela se incrementó el movimiento migratorio, y obviamente las épocas decembrina en tiempos de pandemia” originaron un flujo contrario a los vistos años anteriores, cuando los venezolanos salían del país para pasar las navidades con sus familias en Venezuela.
“Ahora vemos que dadas las condiciones del otro lado de la frontera todo parece indicar que son más familias que están viniendo desde Venezuela a Colombia a buscar a sus familiares o huyendo de las condiciones difíciles”, dijo.
Pero cuando el funcionario hace referencia a “las condiciones difíciles” ¿qué quiere decir?. Tras consultar con venezolanos residentes en la zona fronteriza del vecino país indican que el salario mínimo está en 2.400.000 bolívares, lo que equivale a dos dólares, tomando como referencia el dólar paralelo, pero si se toma la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) son 2,1 dólares.
Estos dos dólares solo le alcanza a un venezolano para comprar dos paquetes de harina de maíz, porque ni para un cartón de huevos que pasó de los 2 dólares, y menos para un kilo de carne cuyo precio se ubica en 2,5 dólares.
“Todo lo ofrecen en dólares y si tienes solo bolívares debes pagar un porcentaje más algo por comprar el producto”, contó Carmen Revilla, venezolana en el estado Zulia, frontera con La Guajira.